Columna Opinión Económica y Universitaria.
Dr. Jorge Lera Mejía y Lic. Bárbara Lera Castellanos.
La Nueva Escuela Mexicana (NEM) tiene un impacto significativo y multifacético en la formación de ciudadanos críticos, pues su diseño curricular y pedagógico se orienta explícitamente hacia el desarrollo del pensamiento crítico, la participación activa y la responsabilidad social de los estudiantes.
La NEM promueve el pensamiento crítico como una habilidad central que va más allá del simple análisis reflexivo; se concibe como una capacidad integral para cuestionar dogmas, reflexionar sobre la realidad social, cultural y política, y actuar transformadoramente en el entorno. Este pensamiento crítico es entendido como una herramienta para la autonomía, la creatividad, la resolución de problemas y la innovación, fomentando que los estudiantes no solo comprendan, sino que también transformen su realidad en busca de justicia social y equidad.
Además, la NEM enfatiza una formación sociocrítica que conecta el conocimiento académico con las realidades y contextos de los alumnos, promoviendo el respeto a la diversidad, la inclusión y la participación comunitaria. Esto permite que los estudiantes desarrollen una conciencia ética y social que los empodera para ser agentes de cambio en sus comunidades.
Uno de los cambios paradigmáticos que propone la NEM es la integración de la vida escolar con la realidad cotidiana de los estudiantes y sus familias. Se busca que el aprendizaje sea significativo y contextualizado, de modo que los alumnos puedan aplicar sus conocimientos para tomar decisiones informadas y participar activamente en la vida comunitaria. Esto fortalece los vínculos entre la escuela y la sociedad, recuperando saberes y voces comunitarias que enriquecen la educación.
La NEM pretende impulsar el desarrollo de habilidades reflexivas, como la autoevaluación y el cuestionamiento constante de supuestos y sesgos, lo cual es fundamental para formar ciudadanos autónomos y responsables. Se promueve un ambiente colaborativo donde el diálogo y la construcción conjunta del conocimiento son esenciales, favoreciendo la participación activa y la responsabilidad en el proceso educativo.
No obstante, la efectividad de la NEM para formar ciudadanos críticos depende en gran medida de la adecuada formación docente.
Estudios y análisis señalan que una preparación insuficiente del profesorado en metodologías sociocríticas limita el desarrollo pleno del pensamiento crítico en los estudiantes, lo que podría restringir su capacidad para enfrentar retos sociales, económicos y políticos de manera consciente y ética.
Desde la Secretaría de Educación Pública (SEP), se reconoce que la NEM busca una revolución cultural y moral a través de la educación, con un enfoque que recupera la justicia social y la equidad, y que rompe con modelos educativos anteriores que separaban la escuela de la realidad social. La SEP destaca que la NEM pretende formar ciudadanos críticos, participativos y comprometidos con la transformación social.
Académicos y especialistas, como Luis Manuel Huerta Charles, resaltan que la NEM se inspira en pedagogías liberadoras, como la de Paulo Freire, que promueven la educación crítica y multicultural, orientada a formar estudiantes capaces de atender y actuar en su entorno con conciencia crítica.
La Nueva Escuela Mexicana tiene un impacto potencialmente positivo en la formación de ciudadanos críticos al integrar el pensamiento crítico, la reflexión sociocultural, la participación comunitaria y la autonomía en su propuesta educativa. Sin embargo, su éxito depende de la correcta implementación, especialmente en la formación docente, para que estos principios se traduzcan en prácticas pedagógicas efectivas que realmente empoderen a los estudiantes para ser ciudadanos activos, éticos y transformadores en una sociedad democrática.
Otros investigadores y críticos del nuevo modelo educativo, afirman al respecto del nuevo modelo, que rescata una especie de sistema ideológico que busca sustituir el pensamiento científico y crítico por una visión colectivista y homogénea, inspirada en el marxismo pedagógico.
Este modelo busca formar un “hombre nuevo” que no cuestiona ni piensa por sí mismo, sino que repite y se subordina al Estado.
La estructuración de la NEM, parece evidenciar la politización explícita de la educación, que ya no es neutral ni formativa en sentido amplio, sino un instrumento de adoctrinamiento.
Un ejemplo de lo citado, es expresado en un análisis publicado en «Tribuna Económica», donde señalan que la NEM elimina asignaturas tradicionales como Matemáticas, Historia o Ciencias, argumentando que fragmentan la visión del mundo, y promueve un modelo educativo basado en un supuesto constructivismo social asociado a un comunitarismo simplista. Según esta crítica, la NEM prioriza la transformación comunitaria sobre la libertad del sujeto, lo que se traduce en un plan de estudios antiliberal que fomenta el colectivismo en lugar del desarrollo de facultades individuales y pensamiento autónomo.
PUNTOS DE VISTA DEL ESPECIALISTA EDUCATIVO «DR. MANUEL GIL ANTÓN»:
A continuación, hacemos una síntesis de lo expresado por el investigador nacional del Colegio de México, Dr. Miguel Gil Antón, sobre el nuevo modelo NEM:
Manuel Gil Antón, investigador y especialista en educación, ofrece una visión matizada sobre los pros y contras de la Nueva Escuela Mexicana (NEM).
Aspectos positivos que destaca:
La NEM representa un cambio radical frente al modelo educativo anterior, que calificó como neoliberal, meritocrático, fragmentado y excluyente. Busca superar esas limitaciones para construir una educación más inclusiva, con enfoque de género y que promueva la memoria histórica y la lectura compleja.
Propone un modelo educativo activo basado en el aprendizaje por proyectos, integrando disciplinas para reflejar mejor la realidad y evitar la fragmentación del conocimiento que produce el sistema tradicional de asignaturas separadas.
Enfatiza la formación de una ciudadanía sólida, crítica y solidaria, capaz de dialogar, argumentar y actuar sobre las problemáticas sociales, con conciencia del esfuerzo colectivo.
Reconoce la importancia del magisterio como intelectuales sociales y la necesidad de respetar su complejidad para que la reforma tenga éxito.
Retos y críticas que señala:
El cambio es muy rápido y se ha implementado casi de un día para otro, lo que genera incertidumbre y falta de condiciones claras para que docentes y escuelas adopten el nuevo modelo de manera efectiva.
Existe el riesgo de que la pedagogía crítica que promueve la NEM se convierta en una “pedagogía de Estado”, es decir, que el discurso crítico se reduzca a un lenguaje oficial sin que realmente se fomente el pensamiento autónomo y la crítica genuina. Esto sería contradictorio, pues la pedagogía crítica no puede ser dogmática ni impuesta desde el poder.
Los docentes enfrentan retos importantes para preparar clases que integren múltiples temas y enfoques, lo cual demanda mayor formación y recursos.
La desigualdad social sigue siendo un factor determinante en los resultados educativos, y la educación por sí sola no puede transformar la sociedad sin cambios estructurales más amplios.
La diversidad y complejidad del sistema educativo mexicano, con múltiples contextos y modalidades, dificulta la implementación homogénea y exitosa de la NEM.
Manuel Gil Antón valora la NEM como una propuesta radical y necesaria para superar un modelo educativo obsoleto y excluyente, con potencial para formar ciudadanos críticos y solidarios. Sin embargo, advierte que su éxito depende de una implementación cuidadosa, respetuosa del magisterio, que evite la burocratización y la imposición dogmática, y que atienda los retos prácticos y sociales que enfrenta el sistema educativo mexicano.
PERSPECTIVAS DESDE NUESTRA VISIÓN:
Después de repasar brevemente sobre el nuevo modelo educativo «la NEM», consideramos que investigaciones relacionadas con docentes, que influyen directamente en la experiencia estudiantil, reflejan que la NEM es vista como una propuesta innovadora y humanista, con énfasis en metodologías activas, trabajo colaborativo y autonomía docente.
Sin embargo, también se señala que la implementación presenta retos, como la falta de claridad en la vinculación de proyectos con campos formativos y la necesidad de mayor capacitación, lo que puede afectar la percepción y experiencia de los estudiantes.
Además, encuestas nacionales muestran que, en general, los estudiantes de educación básica bajo la NEM están en proceso de mejora en habilidades de aprendizaje, pero la capacitación docente es insuficiente y desigual, lo que repercute en la calidad educativa que reciben los alumnos. Esto sugiere que, aunque el modelo tiene potencial, su impacto en los estudiantes depende en gran medida de la preparación y apoyo que reciban los docentes.
En resumen, los estudiantes y la comunidad universitaria reconocen el valor de la NEM como un modelo que busca una educación integral, humanista y contextualizada, aunque la percepción práctica puede verse limitada por desafíos en la implementación y capacitación docente.