#DESDELAFRONTERA
POR PEDRO NATIVIDAD
Cuando el PRI dominó Tamaulipas, lo hacía con una receta infalible: control absoluto, intimidación velada y, claro, auditorías interminables. Los 43 alcaldes del estado tenían claro que no había margen para la rebelión. Si no te alineabas, las cuentas públicas eran como un campo minado: rechazadas sin piedad. A muchos ex alcaldes les costó varios años lograr que les aprobaran sus cuentas… y no porque estuvieran mal, sino porque se les había olvidado «seguir las reglas no escritas» del juego. Qué cómodo era tener a la Auditoría Superior del Estado (ASE) como un perro guardián de tus intereses, ¿verdad?
Ahora, en un giro digno de una novela de suspenso, el PRI se presenta como el paladín de la justicia. Bruno Díaz Lara, presidente estatal del partido, pide a la ASE que no se preste a “persecuciones políticas” contra los ex alcaldes y ex funcionarios que, según ellos, no han podido solventar observaciones del ejercicio fiscal 2023. ¿Y ahora sí les preocupa la imparcialidad, el trato justo? Claro, porque en su época dorada, cuando estaban en el poder, la imparcialidad era una mera sugerencia.
Díaz Lara asegura que «el que nada debe, nada teme», lo que suena muy bonito, pero no olvida pedir que las cosas se hagan con «apego a derecho», como si fuera la primera vez que escuchamos esa frase. Por supuesto, esto llega justo después de décadas en las que los mismos ex alcaldes eran sometidos a procesos de auditoría interminables por no seguir el manual de cómo hacerle «al PRI».
Es como si ahora que ya no tienen las llaves del poder, quisieran que se les tratara con un cariño especial, como si la historia nunca hubiera existido. Pero hay algo que no cambió: si hay mal manejo de recursos, que se castigue; si hay impunidad, que se acabe. No importa el color del partido, ni que tan rosadas sean sus peticiones de clemencia
PARA CARMEN LILIA NO TODO ES CONCRETO
En los tiempos actuales la infraestructura suele medirse en concreto, acero y kilómetros de pavimento, sin embargo, la presidenta municipal de Nuevo Laredo, Carmen Lilia Canturosas, recuerda con firmeza que no todo progreso se ve en toneladas de cemento. También existe ese otro tipo de obra, silenciosa pero profundamente significativa: la que se enfoca en preservar la vida y cuidar el medio ambiente.
Esta semana, bajo la coordinación de la Dirección de Gestión Ambiental, arranca la creación de jardines polinizadores en diversos espacios públicos de la ciudad. Lejos de ser un proyecto menor, esta iniciativa refleja una visión integral del desarrollo urbano: una que entiende que el bienestar ciudadano también se construye con flores, abejas y mariposas.
Los jardines polinizadores no solo embellecen la ciudad; restauran ecosistemas, fomentan la biodiversidad y generan pequeños pulmones urbanos que refrescan la vida cotidiana. En ellos florecerán especies como el algodoncillo, la salvia, la lantana y el cenizo, todas endémicas, resistentes al clima extremo y de bajo mantenimiento, pensadas para dar hogar y alimento a los incansables polinizadores que nos regalan, cada día, la posibilidad de seguir existiendo.
La alcaldesa ha dejado claro que estos espacios no son un adorno. Son parte de una estrategia consciente que busca reconectar a Nuevo Laredo con la naturaleza. Porque los insectos polinizadores, esas pequeñas criaturas que rara vez notamos, son vitales para el equilibrio ecológico. Sin ellos, no hay flores, no hay frutos, no hay vida.
Este proyecto demuestra que, para Carmen Lilia, la política no solo se trata de levantar estructuras, sino de sembrar futuro. Y en ese futuro, la vida, en todas sus formas, también merece tener un espacio… ¿Qué no?, NOS LEEMOS.
Comentarios [email protected]