CUADRANTE   POLITICO—-POR  FERNANDO  ACUÑA  PIÑEIRO————

————-

  La profundización de una democracia que trasciende las instituciones, y se fortalece en su raíz ciudadana, como factor central de soberanía horizontal y colectiva. Ese es el cuarto nivel, al cual alude el gobernador Villarreal Anaya, este martes en el foro nacional sobre los jóvenes.

  No hay nada extraordinario en ello, sino más bien la aplicación de un artículo 39 constitucional que en el pasado prianista yacía extraviado, perdido en la bruma  de la intrascendencia. Hoy, desde la mirada ciudadana se vigila el funcionamiento del  aparato público; desde la ciudadanía se legisla y se decide quienes serán los jueces y magistrados rectores en la administración de justicia.

 Desde el pueblo se cuida y se mantiene el rumbo. Porque si el humanismo es el motor, el pueblo erigido en gobierno, es quien conduce.

  Antes de la llegada de la 4T a Tamaulipas, el prianismo había operado en un marco formal de instituciones, y había  mantenido la  vieja ruta  conservadora de una democracia representativa. Hoy, si bien es cierto que  siguen siendo los partidos la vía de llegar al poder, es el pueblo quien decide. Y  bajo esa dinámica transformadora,  se están cayendo viejos mitos.

 Lo de ayer, obedecía a un esquema caduco donde las elites azulosas disponían a sus anchas del patrimonio público y sus finanzas. Se mal gobernaba dentro de una burbuja de privilegios, en la cual los sectores más empobrecidos y vulnerables  eran excluidos en la pantagruélica comilona del poder.

 A partir de 2022, las cosas cambiaron, no precisamente por arte de magia, sino por la irrupción de  un elemento clave en todas y cada una de las transformaciones que hasta ahora se han dado en la historia de la humanidad: la ciudadanía llevó al doctor Américo Villarreal Anaya a ocupar  el primer cargo del gabinete estatal.

 Pero ante todo, la gente ordinaria de las calles y los pueblos tamaulipecos, votó por un proyecto de entidad federativa, donde ellos, los ciudadanos y sus familias, ocupaban el lugar principal, en la construcción de  ese nuevo Tamaulipas. Ese es nuestro estado que hoy brilla hacia el interior, y hacia el resto de los estados de la república.

  Dice el refrán que el que es buen gallo, en todos los gallineros canta. Y este sexenio de AVA, tan reconocido por el Presidente Andrés Manuel  López Obrador, colocándolo como ejemplo de honestidad  y de desarrollo, hoy con la Presidenta Sheinbaum vuelve a ocupar un lugar destacadísimo, en el concierto federalista.

  El hecho de que, el Tamaulipas humanista de los tiempos de AVA, haya sido seleccionado entre los quince estados estratégicos llamados a celebrar los foros de consulta democrática que, definirán el próximo Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030 no es un acto de prestidigitación,  ni de algún truco de magos baratos ya muy vistos, de esos que solían aparecer en el pasado.   

  Estas mesas de diálogo, como la que se celebró en Tampico, y este martes en esta capital, reflejan el trabajo y la congruencia de un gobierno estatal que ha colocado en el centro de las políticas públicas, a la ciudadanía  como el elemento fundamental, catalizador de la democracia participativa.

    Las y los ciudadanos, son puntuales vigilantes de que las cosas se hagan bien, no solo para efectos institucionales, sino exigiendo la eficiencia a niveles de ética personal , de vocación humanista y de servicio.

 Esa es la razón por la que actualmente el gobierno del doctor Villarreal Anaya, es uno de los más confiables y destacados del país, de acuerdo a la minuciosa mirada de Palacio Nacional. A ello obedece que la Presidenta Sheinbaum, le haya conferido el honor de celebrar foros dos foros nacionales, llamados a nutrir la gobernanza del segundo piso transformador.

  En la medida que mantengan la armonía en la visión del poder, entre las instituciones de todos los niveles, y el interés de los ciudadanos, todos los problemas pueden superarse.

  Actualmente esta ecuación de unidad institucional y ciudadana es la que nos coloca varios pasos adelante en el concierto internacional. Esa es la gran base de confianza para que la Presidenta Claudia Sheinbaum anuncie como uno de los grandes objetivos, ser la décima economía del mundo.

  El Estado mexicano y su sociedad coinciden en una visión transformadora y humanista.

 Bajo este contexto, se han dado saltos cualitativos, como ese de que ocho de cada diez mexicanos avalan y están conformes con el actual rumbo del país. Como lo planteábamos en un inicio, todo lo que está ocurriendo no es producto de la casualidad, sino de un enfoque que coloca al pueblo en el centro de las prioridades.

 Justo en este escenario, la participación de los jóvenes tamaulipecos, forma parte de una misma dinámica y de una visión que revoluciona la construcción de una entidad federativa, más justa, más incluyente y próspera.