La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
El Club Cachorros Negros, es una organización independiente de fútbol americano en donde participan, equipos de niños, niñas y jóvenes. Entrenan en el parque que fue el antiguo rastro de La Libertad, frente a las bodegas de la empresa Bimbo. El coach Carlos Tapia y su familia –su esposa y dos hijos que también forman parte de los equipos– dirigen ese proyecto que mantiene interesados en el deporte a casi un centenar de muchachos.
La familia Tapia, tiene más de una década dedicada a promover el futbol americano.
Hace dos años, los Cachorros Negros lograron el sub-campeonato nacional de tochito que se llevó a cabo en Monterrey.
Entrenan de 4.30 a 6.00 pm de lunes a viernes.
Están invitando a chavalos –y niñas– de 12 años en adelante, para que se sumen a las escuadras de americano y tochito.
Es uno de los esfuerzos ciudadanos más importantes de la ciudad: el patrocinio del material deportivo es de los propios padres de familia –y el coach Tapia, gestiona con su red de amigos donaciones–; también con cierta frecuencia salen a jugar a otros estados –Nuevo León y la CDMX–, que también se realizan con fondos obtenidos de actividades de los papás de los jugadores.
El equipamiento de los jugadores corre por cuenta de los papás; casco, jersey, uniforme; en caso de tochito ligas y vestuario.
La mayoría de los deportistas y sus padres, viven en colonias populares. Muchos son menores de edad, por lo cual son acompañados por su madre.
El contacto en donde ofrecen información es 834 116 9472.
Los Cachorros Negros, juegan en la liga municipal. Los partidos se desarrollan en el campo del Estadio Universitario de la UAT; y en el campo de la Iglesia Amor Viviente; espacios ubicados en ciudad Victoria. El tochito se lleva a cabo en el campo del Estado Marte R. Gómez.
Tienen un modesto gimnasio en la sede del club. (Sobra decir, que necesita equipamiento para que los chicos completen su acondicionamiento físico).
El parque del Club tiene alumbrado deficiente. Por lo que en invierno se tiene que acortar el tiempo de entrenamiento, para aprovechar la luz del día. Se desconoce que hace la Dirección de Deporte tanto del ayuntamiento como del estado. Instalar dos o tres lámparas, parece una proeza extraordinaria para los funcionarios, que no dirigen sus miradas al deporte popular.
He visto de cerca el trabajo de la familia Tapia.
El grande sacrificio que realizan para llevar a los niños y jóvenes, a los torneos que se organizan en la playa de La Pesca y Abasolo.
Los apuros para financiar esos viajes son grandes para los padres y para el coach Tapia.
Creo que las autoridades del deporte deberían darle importancia a esos programas ciudadanos, que promueven y crean deportistas.
Merecen al menos el reconocimiento.
Es la sociedad quien se organiza.
Y se organiza en forma autónoma, porque la parte oficial ni los ve, ni los escucha, ni lo atiende.