La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
La Makyiavélica anda a la baja, en la carrera por la gubernatura. Tanto, que echó mano del compromiso nupcial de su vástago para poner de nueva cuenta los reflectores de la opinión pública sobre su maltrecha personalidad.
Se difundió profusamente en redes sociales, que por fin Makyito se nos casa.
Debe ser considerado un hecho altamente relevante para la familia y para la matriarca del grupo, que por fin su heredero haya optado por matrimoniado con una agraciada chica.
El asunto de familia realmente movió las redes.
No se sabe si por la rareza del evento o por la promoción desplegada por la orgullosa madre; lo cierto es que la ciudadanía reynosense anda desconcertada.
No saben si realmente el soltero maduro, –vale más temprano que tarde– optó por perder su preciada soltería o si está tratando de satisfacer el deseo de su madrecita de verlo felizmente haciendo vida en pareja.
Por fin el mocetón de 40 años quedó flechado por cupido.
Maky debe andar plena.
Sobre todo, porque apaga las voces y susurros que empezaban a convertirse en sospechas de que la Makyiavélica mayor, vería finalizada su estirpe con la resistencia de Makyito a conocer vida en familia.
Las habladurías se acabarán.
Habrá que ver si la nuera de Maky, decide participar en política.
De ser así, será otra mujer de la familia que enriquecerá la baraja.
Con eso de que es tiempo de mujeres.
La verdad, la verdad, no se ha visto que la novedosa relación haya cambiado para bien la forma de gobernar de Makyito. Era de esperarse que sentara cabeza y eso le permitiera ser mejor gobernante.
No fue así: sigue igual de grosero con los periodistas a quienes trata como chantajistas y mendigos e insiste en comportarse como el niño mimado que es.
Es muy posible que en la familia Makyiavélica tampoco se vean cambios para mejorar con la presencia de la parte nueva de la familia. Doña Maky, proseguirá con su sueño de ser gobernadora como también continuará el saqueo para ello de la tesorera Esmeralda Chimal.
Es decir: en el fondo nada cambia.
Lo que sí es de esperarse: la boda del siglo en Reynosa.
Invitados de la alta política serán testigos de un hecho memorable e irrepetible.
Líderes de partidos políticos, senadores, diputados y demás.
Maky será la más feliz.
Ahora sí: la prensa del corazón, la prensa rosa, se dará vuelo.
Inevitablemente.
Necesariamente se prenderá la envidia de muchos políticos que seguirán su ejemplo.
Tanto alboroto social, moverá los corazones de los chicos de su generación que han ofrecido resistencia al matrimonio.
Ya sólo falta que salga el JR.