DESDE ESTA ESQUINA.
Melitón Guevara Castillo.
Confieso que ante las políticas de AMLO en su gobierno mas de una ocasión pensé, o tuve
miedo, de que hubiera una devaluación. Lo hice en virtud del contexto y su ataque frontal,
como bien decía, a las políticas neoliberales; no porque defienda a los Estados Unidos, pero
hay una realidad: nuestra economía, lo que compramos y vendemos, es ligada de manera
intensa con los Estados Unidos. Al fin no sucedió y, de eso, mas de una ocasión se sintió
orgulloso.
El temor vuelve ahora con el gobierno de Trump. Y todo porque ya en mas de una ocasión
ha sentenciado lo que serán sus políticas publicas prioritarias: cerrar la frontera, hacer una
deportación masiva de ilegales y, como vía para lograr la cooperación de México como de
Canadá, imponer aranceles a nuestros productos, sobre todo si tienen partes chinas. Así, a
todas luces, se ve, se siente, como el preludio de darle intensidad a la guerra comercial.
NO HABRA DEVALUACION.
Hace días converse con una exalumna, que ahora estudia una maestría en Gobierno y
Políticas Públicas. Me comento como, sus familiares que viven en los Estados Unidos, son
activistas pro Trump; de como ellos, allá, ven y sienten el actuar de este polémico
empresario convertido en político. Incluso vi reportajes previos a la elección y fue evidente
como el voto latino, sin dudar, le dieron su voto y apoyo. Y la cuestión es que, todos los
días, hasta la presidenta Claudia Sheinbaum le da explicaciones.
No habrá devaluación, me aseguro mi exalumna, su argumento central fue solo uno: Trump
es un empresario, busca ganancias… mi familia, me comento, hace notar que en su
gobierno no intensifico guerras en otros países, porque es un empresario, y lo que busca es
solo que en la producción Estados Unidos gane y gane. Luego me pregunte: ¿Qué es mas
peligroso? ¿Una guerra bélica, militar, o una comercial? Y es que, en las militares, pues
mueren los que están en el campo de batalla; en las comerciales, no mueren las personas,
pero si resienten los efectos de la economía.
VIVI UNA DEVALUACION.
En la época neoliberal se vivieron momentos de terror económico. Recuerdo al presidente
que decreto quitar subsidios en general y su justificación fue: es necesario, aunque duela,
para que la economía se recomponga. El hecho, incuestionable, es que la gente común,
aquella que vive al dia, que sabe que tiene que cuidar su salario, se percata inmediatamente
cuando algo esta sucediendo: su dinero no alcanza para cubrir las necesidades mínimas de
la familia. Una devaluación tiene efectos desastrosos.
En principio, los créditos incrementan sus montos de manera inexplicable: en una de esas
devaluaciones, acaba de comprar un carro con crédito bancario, vía la UAT: la letra o el
pago mensual era de 800 pesos, estoy hablando del siglo pasado, y mi sueldo como
catedrático era suficiente para permitirme ese gusto. El caso fue que, con la devaluación, la
letra subió hasta los 5000 pesos y ahí fue, donde, tuve que hacer milagros con mi salario. A
otros les fue peor, más de uno perdió su casa ante la imposibilidad de pagar el crédito
bancario. Los empresarios y los comerciantes, también lo resintieron, y mas aquellos que
tenias deudas en dólares.
ESTORNUDO GRINGO.
Hay la creencia general de que cuando la economía gringa estornuda medio mundo se
resfriado. Y en el caso de México, que dependemos doblemente de ellos: las exportaciones
e importaciones son en gran porcentaje con ellos. Somos dependientes de ellos: Hoy se
enfrenta un hecho coyuntural y estructural: el próximo presidente, Donald Trump, busca
cambiar las reglas en un afán proteccionista de su economía, enmarcado en la guerra
comercial que tiene con China: las consecuencias, al final, las vamos a padecer todos los
mexicanos, unos más que otros.
En principio, la presidente Claudia ha intentado hacer notar que ellos también tendrán
consecuencias. Lo cierto, inevitable, es que Trump es un empresario, que ve la política
como si fuera un negocio, por eso amenaza y ahora afirma que cumplirá sus amenazas
porque fueron promesas de campaña: los efectos pueden ser múltiples, entre otros: 1)
Recibir migrantes, va a acelerar el desempleo; 2) Van a disminuir las remesas de los
migrantes a sus familias; 3) el impacto económico será gradual y, menor o mayor, todos lo
vamos a sentir.
AMENAZA REAL.
En lo personal creo que las amenazas de Trump son reales. Y México tendrá que hacer,
digamos, malabarismos para responder, pero obvio no es con explicaciones, porque esas
ellos ya las conocen. Lo que sigue es un reto para México: ¿nos convertiremos, mas, en un
apéndice de ellos o, se va a enarbolar la bandera de la soberanía e independencia?