Golpe a golpe

Por Juan Sánchez Mendoza

Es preocupante el índice inflacionario interanual pues, desde hace 23 años, el pueblo de México no había padecido la pulverización de su salario, como ahora, cuando el poder adquisitivo ha incrementado el número de pobres, a tal grado que somos el segundo país latinoamericano con más miseria.

Los beneficiados con los programas sociales del Gobierno Federal suman cerca de25 millones (de los 130.12 que aquí cohabitamos). Pero el apoyo asignado no les alcanza para consumir lo indispensable; ni garantiza una alimentación nutricional aceptable.

Aun así, la señora presidenta sostiene que ‘primero son los pobres’ para justificar una política paternalista y dispendiosa en aras de mantener su popularidad; y la de Movimiento Regeneración Nacional (morena), mientras se incrementa la cifra de necesitados que sí producen y no están incluidos en los programas de Bienestar ya que, otrora, formaban parte de las clases emergentes –que dicho en otras palabras fueron clase medieros–, y en la actualidad integran parte de un enorme ejército abatido por la carestía y aumentos de precios a los 24 artículos que componen la canasta básica.

La información más reciente que la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) ha revelado, es que México añadió 3.8 millones de nuevos pobres ubicándose en 33.7 millones los que padecen la pobreza moderada en áreas urbanas; y en un 12.5% de la tasa poblacional los que habitan en zonas rurales.  

Además, en pobreza extrema, se encuentran (a la fecha) 12.9 millones residentes en localidades urbanas y 13.9 millones moradores del campo.

Inflación descontrolada

Al cierre de septiembre próximo pasado, la inflación alcanzó el 7.68 por ciento, sin que el Gobierno Federal haya atinado a detener el aumento de precios, por errar en la regulación de cuando menos los productos de la canasta básica, la energía, los combustibles y tarifas por servicios diversos.

Y en casa hay quejas porque todo ha subido de precio drásticamente.

Al menos en los 24 productos de la canasta básica, que son: aceite de canola o maíz; arroz en grano; atún en lata; azúcar morena; bistec de res; cebolla; chile jalapeño; chuleta de puerco; frijol en grano; huevo de gallina blanco; jabón de tocador; jitomate; leche; limón; manzana; naranja; pan de caja; papa; papel higiénico; pasta para sopa; pollo entero; sardina en lata; tortilla de maíz y zanahoria.

Esto sin contar con otros artículos igualmente primordiales para que su familia se medio alimente, como es la calabaza, los nopales, el brócoli y ajo o la coliflor, entre muchos otros.

Y más se da cuenta, porque si en enero del año que cursamos con mil pesos cubría una despensa semanal, ahora no le alcanza ni con 1,500.

Y eso que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), dice que en promedio el incremento mensual ha sido del 0.54 por ciento.

Mentira, pues al aceite comestible prácticamente le doblaron su precio y al atún, ni se diga; al kilogramo de tortilla y pollo, al litro de leche también.

Así que considero prácticamente imposible que la inflación anual logre reducirse al 3%, como lo pronostica el Banco de México y lo ha ofrecido la señora presidenta.

Más cuando la recaudación de impuestos ha disminuido drásticamente por falta de inversión privada y la fuga de capitales.

¡Ah! pero eso sí, podrían segyuirse construyendo elefantes blancos como el aeropuerto de Santa Lucía ‘General Felipe Ángeles’ desplazando a constructoras para entregar su edificación a militares.

En fin, mientras al pueblo más le aprieta el hambre hay un grupo que terco está en pasar a la historia como el impulsor del segundo piso de la mentada cuarta transformación.

Reforma electoral

Una de las propuestas que contempla la iniciativa de reforma electoral, que Claudia Sheinbaum Pardo remitirá a la Cámara de Diputados, es eliminar las 200 diputaciones federales y 32 senadurías por el principio de representación proporcional; además que en los estados también sean eliminados los diputados plurinominales.

No es idea original suya, obviamente, pues desde hace décadas se ha demandado desaparecer esta figura por no representar a nadie; y sí causar retrocesos legislativos, aparte de gastos millonarios en detrimento de quien mediante impuestos solventan sus dietas, siendo que ellos (los pluris), sólo acatan instrucciones de sus altos mandos partidistas y son ‘jilgueros’ en las tribunas parlamentarias.

Por tanto, considero que la eliminación de pluris sería bien aceptada, aunque la reforma electoral esté destinada al fracaso en este tema, por los intereses partidistas,

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