Enfoque Sociopolítico |
Por Agustín Peña Cruz*
Sin balas ni abrazos, pero a picotazos, así fue como se ejecutó la operación denominada
“Enjambre”, en la que participaron 1,500 elementos de diversas corporaciones policiales.
Coordinada por el Gabinete de Seguridad del Gobierno de México, la acción contó con la
intervención de la Secretaría de Marina (SEMAR), la Secretaría de la Defensa Nacional
(SEDENA), la Fiscalía General de la República (FGR), la Secretaría de Seguridad y
Protección Ciudadana (SSPC), la Fiscalía del Estado de México y otras instancias. En
este marco, Omar García Harfuch anunció la detención de siete funcionarios públicos,
entre ellos alcaldes y mandos de corporaciones locales, y señaló que aún faltan por
ejecutarse siete órdenes de aprehensión más.
Expertos en seguridad nacional han comentado que esta operación del gobierno federal
demuestra una estrategia planificada y meticulosamente estudiada, logrando realizar las
detenciones sin enfrentamientos con grupos criminales, dejando saldo blanco.
Una excepción trágica fue el caso del jefe de la policía municipal de Texcaltitlán, Isidro
Cortés, quien optó por suicidarse al ser informado de su arresto, poco después de que los
fiscales le solicitaran el arma que tenía a su cargo.
Es relevante señalar que el Estado de México, donde se llevó a cabo esta operación, está
liderado por la morenista Delfina Gómez Álvarez, quien asumió el cargo de gobernadora
el 16 de septiembre de 2023, convirtiéndose en la primera mujer en ocupar esa posición.
A nivel nacional, la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, también hace
historia como la primera mujer en la máxima silla del poder ejecutivo.
En el ámbito de la seguridad pública, Sheinbaum ha marcado un distanciamiento de las
estrategias de sus antecesores. Mientras que el gobierno de Andrés Manuel López
Obrador popularizó el lema “abrazos, no balazos” y el de Felipe Calderón impulsó una
“guerra frontal contra el narco”, la actual administración parece optar por un enfoque
quirúrgico y estratégico.
Ya que, la operación “Enjambre” es un ejemplo de ello: desmantelar redes delictivas
mediante la identificación de sus nexos financieros y políticos.
La metáfora del enjambre es significativa. Así como la reina está al centro del panal, esta
estrategia podría extenderse a otros estados y municipios del país. Analistas en seguridad
pública advierten que, aunque Sheinbaum lleva poco tiempo en el cargo, este tipo de
acciones envían un mensaje claro: combatir la corrupción, los sobornos y las extorsiones
desde el interior de las instituciones públicas.
Si esta línea de acción se mantiene, entidades estratégicas como las fronterizas podrían
ser las primeras en experimentar la “migración” de esta colmena que busca depurar a
funcionarios involucrados en actos de criminalidad. Desde Palacio Nacional, se ha
planteado la necesidad de perseguir a los delincuentes de cuello blanco, sin importar su
afiliación partidista, consolidando así una política de transparencia y gobernanza efectiva.
De ser este el inicio de una nueva era en la lucha contra el crimen organizado, la
presidenta Sheinbaum estaría marcando su liderazgo con firmeza, estableciendo un
ejemplo de cómo implementar políticas públicas efectivas y al servicio de los ciudadanos.
Nos vemos en la próxima entrega, mi correo electrónico es [email protected]