La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

La Suprema Corte de Justica de la Nación (SCJN), ya hizo el peor papel que le tocó en el México neoliberal. Sirvió con complacencia a las élites y degradó y corrompió la impartición de Justicia hasta decir ya no. Al mismo tiempo, ofreció impunidad a miles de potentados dejándolos intocables para la Ley.
Durante décadas, los señores Magistrados, construyeron un sistema político amigable sólo para los magnates. Erigieron un país maravilloso, para los camajanes que degustaron los beneficios de la Justicia.
Así México se convirtió, en un país sólo para los grandes millonarios.
Millones de pesos indignamente regresados a los bolsillos de los mega empresarios, generaron en los días del galopante capitalismo de compadres, una sociedad inequitativa e injusta. El juzgador sirvió, únicamente a sus patrones; dejando en el olvido a millones de compatriotas, que no sólo se les concentró sobre sus espaldas el pago de los billones que no cubrían los preferidos del sistema, sino que fueron el sostén del país con el pago de sus obligaciones fiscales.
Se generó así, un país asimétrico y obsceno.
Un país, de 0.00001 por ciento de ricos.
La SCJN, se olvidaba de aplicar la Ley para entregar Justicia.
La SCJN, omitía defender la legalidad provocando la injusticia.
Bancos, yates, aviones y sofisticados vehículos terrestres, eran pagados con los que debían ser los impuestos de los mexicanos, no con las ganancias de los magnates a quienes protegía la gran sombrilla.
Había razones para eso.
El salario de casi 700 mil pesos mensuales, más otras canonjías impedían ver las necesidades de los más vulnerables.
Otra actitud que cansó a la sociedad de tanto abuso de sus representantes fue la actitud de los Magistrados de amparar a los privilegiados de cubrir sus obligaciones con el fisco. Decenas de amparos dieron protección a pillos de cuello blanco que, utilizando los recovecos de la ley, fueron protegidos para no pagar miles de millones de pesos.
Ahora juegan su última carta.
Ponerse en rebeldía al mandato de los Poderes Ejecutivo y Legislativo.
Pretenden oponerse al mandato del Soberano –que es el pueblo y nadie más– que les ordena enterrar el viejo y anquilosado sistema de justicia representado por unos Magistrados que sirven a unos cuantos y brindan protección a sus amos.
Ya el representante del Poder Ejecutivo y los representantes del Poder Legislativo, han fijado una postura clara y sin medias tintas: aún con la oposición de la SCJN la Reforma al Poder Judicial va.
Y eso significa que, aún con la oposición de los Magistrados, habrá Reforma.
Ya han ensuciado, bastante el Poder Judicial.
Lo enmierdaron lo suficiente, que hicieron imprescindible la Reforma Judicial.