C R O N I C A S    P O L I T I C A S  

Por Alberto Guerra Salazar

CIUDAD VICTORIA, (ASI).— Los hermanitos Cabeza de Vaca sucumbieron a su enorme apetito de dinero y de protagonismo, ahora en el Congreso local donde Ismael cobrará dietas cada quincena durante tres años (y se vale repetir) solo por levantar el dedo.

Desde la clandestinidad, Francisco aplaude que su fraterno le siga los pasos pues tampoco trabaja pero ya se enchufó al presupuesto legislativo.

Cargado de amparos de la justicia federal, el adorador de Eros venció resistencias y hasta omitió el proceso de credencialización pues sus abogados comprobaron que es un requisito burocrático fácilmente desechable.

Nada parece que pueda impedir que Ismael dedique los ocios de sus siguientes tres años a hojear revistas con mujeres con poca ropa durante las sesiones del H. Congreso local de Tamaulipas.

Ya lo hemos dicho pero vale la pena repetirlo: los Cabeza son los renglones torcidos de la política tamaulipeca y proporcionan a la oposición y a los mismos periodistas, suficiente material de chacoteo y diversión.

Desafortunadamente, este tipo de personas no contribuyen a que sea serio o relevante el nivel de trabajo de una cámara de diputados, que tampoco es para presumir, pero se había conservado cierto decoro.

Una mala noticia para Ismael es que ya está probado que el fuero no implica protección a ultranza contra acciones de la ley y la justicia y que inclusive, pueden ejecutarse hasta aprehensiones en el interior del recinto legislativo.

Como se sabe, los Cabeza de Vaca tienen en su contra acusaciones civiles y penales de todo tipo, juntos y separados, especialmente por delitos financieros, y cargan con ellos montones de amparos para tratar de impedir que les cumplan órdenes de aprehensión.

El Partido Acción Nacional les sigue dando refugio y amparo a ambos, pero crece tan rápidamente el número de sus carpetas de investigación de carácter judicial, que no sería remoto que pronto les hagan el feo.

Una mala noticia cubrió de luto al periodismo tamaulipeco, con el fallecimiento del veterano comunicador fronterizo Benito García Islas, quien expiró el último aliento a la edad de 86 años.

Conocimos a don Benito cuando se convirtió en brazo derecho del editor de la publicación no diaria “La Hoja”, de don Ricardo Arroyo Rubio, en Reynosa.

Retomamos el tema de los Cabeza de Vaca, para agregar que su dedo chiquito Gerardo Peña Flores fue inhabilitado por la Secretaría de la Función Pública, para ocupar cargos públicos durante el siguiente año.

La Contraloría gubernamental le fincó a Gerardo “negligencia administrativa” en la asignación de notarías públicas en Tamaulipas, repartidas como volantes en el funesto sexenio de Cabeza de Vaca como titular del poder ejecutivo local.

Por cierto, el fiscal anti-corrupción nombrado hace tres años durante el gobierno de Cabeza de Vaca, el abogado Raúl Ramírez Castañeda, presentó su renuncia y se va del cargo sin pena ni gloria.    

Lo deseable es que desaparezcan la dependencia para impedir que siga siendo barril sin fondo o que nombren a un fiscal que realmente cumpla su trabajo y se dedique a perseguir a funcionarios gubernamentales que quebranten la ley.

Cumplen años el médico y comunicador Rodolfo González San Miguel y el veterano periodista Manuel Saade Luévano.

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