LOS HECHOS
POR José Inés Figueroa Vitela
Siempre me había gustado ese título para una columna, pero nunca antes se
acomodó más el tema; tuve que ponerle los signos de interrogación, por las
connotaciones concurrentes, que no son pocas, veremos.
Enseguida de que algunas de las tantas inmundicias conocidas sobre el
exgobernador de triste memoria, fueron repasadas en cadena nacional, en la
Conferencia de Prensa del Presidente de la República, entre reclamos de justicia, el
señalado quiso presentarse como víctima.
A través de redes sociales, el tal FRANCISCO JAVIER “N”, aseguró que “de un
rancho a otro”, por la carretera entre Soto la Marina y Aldama (la ruta que siguió el
ganado, más los haberes muebles y pecuniarios malhabidos, la primera vez que sintió
que la justicia le alcanzaba), su hijo “fue interceptado por hombres armados”.
Su hermano, el también prófugo ISMAEL, por su lado, igual desde el anonimato
geográfico de las redes sociales, se atrevió a decir que se trató de un intento de
secuestro.
Y él, con singular cinismo abundó que “la libertad de la que gozan los criminales
en el Estado lo hace cómplice -al gobernante en turno- de este y otros tantos hechos
delictivos”.
¿Se refería a la impunidad propia por la que no han podido detenerlo en Texas,
donde se encuentran ocultos él y los de su banda?
La Secretaría de Seguridad Pública del Estado explicó que no fue en la carretera,
sino en un camino de terracería, donde los de una camioneta gris los pararon, les
preguntaron quiénes eran y al reconocerlos, siguieron su tránsito, sin que se
presentaran situaciones de violencia, o amenazas.
Ello, a partir del informe de los policías estatales, que paga el gobierno con nuestra
impuestos y siguen a disposición de CABEZA DE VACA, en base a un amparo
federal, para que cuiden a la parte de su familia que dejó en México, pero sobre todo,
a los haberes que no se ha podido llevar a los Estados Unidos.
Porque ¿qué hacía un jovencito en periodo escolar tan lejos de su lugar de
residencia a media semana, camino del rancho más oculto de su señor padre, evadido
del país y la justicia, escoltado por oficiales del estado armados y en vehículos del
gobierno?
En el país donde reside aclamando la nacionalidad que acá ha negado, CABEZA
DE VACA ya habría sido citado ante el juez, sólo por el hecho de no haberle enviado
a la escuela; acá, usar a un menor de edad para atender ”negocios de riesgo”, en sus
condiciones, de menos ameritaría la pérdida de. La patria potestad.
Es él y sus cajas de resonancia, quienes han estado diciendo desde que perdieron la
elección del 2022, que Tamaulipas “se incendió” cuando ellos se fueron y transitar por
carreteras es riesgo de muerte; ¿con esa su percepción mandó a su hijo a “hacerle
mandados” al rancho?
Sí, yo sé que pueden existir diez explicaciones lógicas para una situación de aquella
naturaleza, pero dados los antecedentes, el entorno actual y la prospectiva de los
involucrados, las suspicacias no solo me asaltan a mí; basta ver las redes sociales, con
los comentarios sobre el caso, para conocer la percepción ciudadana.
Fue un secreto a voces, que en sus tiempos de legislador federal y gobernante, CDV
usó la custodia que generosamente le brindó la Secretaría de Marina, cuyas
comisiones siempre buscó presidir, para movilizar documentos de curso legal de
procedencia inexplicable y destino incierto.
Entre los tantos comentarios que colmaron las redes sociales señalando al sujeto de
marras, no faltó quien cuestionó el que anduviera implicando en sus cuestionados
movimientos a distancia, a uno de sus menores hijos legales.
Pero si desde el origen de su incursión en la política, fue a nombre de su madre, que
hizo los depósitos en el extranjero, del dinero sucio que consiguió con el pretexto de
financiar sus campañas, ya no quedaron límites que pudieran escandalizar a alguien.
Cada que asoma la cabeza o abre la boca, desde su guarida, a través de las
“benditas” redes sociales, por supuesto, se le siguen sumando reclamos sociales y
delitos al interfecto.
No son pocos los que “hacen changuitos” porque finalmente se le eche el guante y
confine a buen resguardo, para que deje de hacer daño y si es posible, restituya algo
de lo tanto que saqueó a Tamaulipas.
Lo de más, es lo de menos.