Por José Gregorio Aguilar

El Buen Fin resultó ser una mala copia de lo que ocurre en Estados Unidos. Los precios no resultaron ser más bajos, se cobran los intereses de las compras a plazos y los créditos no son nada blandos sino hasta leoninos. De forma tal que el Buen Fin se ha convertido en un gran trabuco que termina por complicar y endeudar a los consumidores que caen presos de esta mercadotecnia, afirmó el dirigente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) Cuauhtémoc  Rivera.

Recordó que esta estrategia comercial surgió  en el sexenio de Felipe Calderón buscando imitar el Black Friday norteamericanoanunciando descuentos de hasta un 70%, compras a meses sin intereses, venta de saldos e inventarios, créditos blandos, entre otros, logrando con  ello que el gobierno y las empresas adelanten el pago del aguinaldo para que la gente tuviera con qué comprar en esta campaña.

Sin embargo, a partir del 2020, algunas empresas, como Sam’s y Walmart decidieron salirse tras el cobro “extraordinario” durante la pandemia para participar del Buen Fin. También restaurantes como Italiannis, Vips, Chili’s, Domino’s y Burger King se sumaron a esta decisión, acabando de debilitar esta campaña de mercadotecnia y consumo, restándole valor al disminuir su cobertura de mercado.

El dirigente de la ANPEC aseguró que la mayoría de los descuentos en las mercancías solo llegan al 15 por ciento real y que solo el 40 por ciento de los comercios participantes otorgan facilidades de crédito mientras que el 16 por ciento no cobra los envíos.

Las principales compras son de ropa y calzado. El 30% tardará más de un año en pagar y más del 30% comprará a crédito. Se debe señalar que también se hacen presentes los fraudes, clonación de tarjetas, robo de identidad, compras no honradas, mercancía dañada y servicios no otorgados son los más recurrentes.

Como parte de las estadísticas que ofreció Cuauhtémoc Rivera, resalta que el  40% ha decidido no realizar sus compras en el Buen Fin y sólo el 12% ve adelantado el pago de su aguinaldo en noviembre. Pese a este entorno enrarecido del Buen Fin, el gobierno, a través del Servicio de Administración Tributaria (SAT), continúa financiando esta campaña al rifar 500 millones de pesos para estímulos por el uso de tarjetas de crédito, promoviendo el consumo a crédito sin importar endeudar a la gente en estos momentos.

Cada vez son menos las bondades que ofrece esta campaña, por lo que cabe preguntarse: ¿Buen Fin o Gato Encerrado?, concluyó el líder de la Anpec.