CUADRANTE  POLÍTICO…

  POR: FERNANDO  ACUÑA PIÑEIRO.-

 

En una democracia tan endeble, como la nuestra, encañonada por la violencia y por las tentaciones de autoritarismo  e intolerancia, expresadas  en todos los niveles de la política pública y partidista, no podemos caer en  un escenario propio de las Pandillas de Nueva York, y la lucha encarnizada entre  nativos e  irlandeses.

Aquí sería fifis contra chairos, o mirreyes contra godinez. Hay que tener cuidado y ser responsables, porque los extremismos nunca han sido buenos consejeros.

Trato de entender  el lenguaje cotidiano del Presidente  AMLO, durante sus conferencias mañaneras,  donde se refiere al México conservador, en términos peyorativos. Ciertamente se trata de la lonja  ideológica  e históricamente identificada  con las élites sociales y económicas del porfiriato y con el imperio  de Maximiliano.

Todos estos grupos, que cuantitativamente  conforman las minorías acomodadas en nuestro país, fueron derrotadas políticamente, con el arribo del obradorismo. Ellos y ellas, se identificaban con las tesis  neoliberales y la hegemonía del mercado. Pero, hoy nadie les ha reducido sus privilegios. Siguen bien. Nadie les ha tocado un solo pelo.

Por lo tanto, las recientes marchas en contra  del Presidente  Andrés  Manuel López  Obrador, no tienen un origen material, sino más bien de orgullo clasista, y de reacción ideológica. Lo más grave, es que, estas movilizaciones  de gente bien, fueron encabezadas  por los dos últimos Presidentes de la república, emanados del PAN.

El punto es más delicado de lo que podría suponerse, pues, con el tiempo, los ex presidentes  de la república, pueden convertirse en pivotes ideológicos de un movimiento que puede crecer, y arrastrar a otros segmentos más numerosos, como podrían  ser las clases  medias, o amas de casa, con expresiones cacerolistas.

El sexenio obradorista, es muy joven todavía, y no creo que convenga, empezar la guerra, ya desde ahora. Estamos muy lejos de ser Venezuela, ¿pero que caso tiene, sembrar el germen?

Poniendo las cosas en contexto, me parece que los principales actores deberían serenarse. Por un lado, los ex Presidentes  Fox y Calderón, deben de apartarse  de encabezar la provocación y los ataques contra  la investidura presidencial. En su tiempo, nadie los  atacó de esta manera, y ellos están violando reglas no escritas, que se refieren al alejamiento de la vida política nacional.

Pero también, en este mismo ámbito, el Presidente de la República, AMLO debe dejar de mencionar a sus adversarios, con términos ofensivos. López  Obrador  no debe de caer en un pleito faccioso y radical, especialmente  en un país, donde la Cuarta Transformación, requiere  de avanzar sobre caminos de diálogo, y no de confrontación.

Mucho ojo: lo anterior no quiere decir  complicidad  y avalar la corrupción, sino todo lo contrario.

Si el gobierno de la república tiene los pelos  de la burra en la mano, pues  debe de actuar, sin miramientos. Esta acción le redituará  el respeto  del pueblo, y las clases adineradas, tendrán  que aceptar que los tiempos   contemplativos y  de la vista gorda, ya han cambiado. Y que se tendrán que sujetar al imperio de la ley.

Pero, AMLO no debe de quedarse en el discurso  anti corrupción, porque a las palabras  se las lleva el viento. El Presidente debe de dar un escarmiento, porque no se gobierna  con pleitos verbales, se gobierna con una visión de Estado, y con  acciones contundentes, que no dejen lugar a dudas, sobre  el rumbo que se pretende seguir. Y sobre todo, si se habla de un cambio de régimen, se debe ir más a fondo, cosa que hasta ahora no se ha visto.

Si AMLO  no  da un uno o varios manotazos de poder, la derecha política, seguirá  tomándole  la medida. Y acabará  por capitalizar políticamente el desgaste  del sexenio, con marchas,que podrían ir de menos a más.

 Ahora bien, si AMLO no quiere problemas, y  no quiere castigar a nadie, sino una política de amor y paz, pues entonces, no debe de alborotar el avispero, porque, ya no está en campaña, sino en la titularidad del Ejecutivo federal.

En la política no puede haber ambigüedades. Y mucho menos, en la política federal. O eres o no eres. Con advertencias o exhibiendo o acusando verbalmente a alguien, no se va a lograr nada. Y los adversarios en la política  no son de paja.

Por lo tanto, si AMLO  sigue viendo  a la impunidad y a la corrupción, como los principales problemas del país, debe pasar de las palabras a los hechos.

Hay mucha tela  de donde cortar. Pero que se apure, porque el discurso anti fifi, ya le salió  respondón.

Actualmente, AMLO tiene todo el poder. Y si no lo aprovecha para arrinconar a sus adversarios, por la vía  de acciones que no dejen lugar a dudas, sobre quien manda en este país, después cuando lo quiera hacer, será demasiado tarde.

 Así las cosas.

——–ZAFRA  INFORMATIVA—-———ZAFRA  INFORMATIVA—

Uno de los trascendidos en materia de administración estatal, es el reciente nombramiento de la señora Rosario Garza  Hinojosa, como nueva titular  del Registro Civil  en Tamaulipas. La destacada empresaria se venia desempeñando como Directora General del Instituto de Defensoría Pública.

En otro tema, el  ex coordinador de asesores  del senado de la república, y  prominente  activista  de MORENA  en Tamaulipas, Alejandro Rojas Díaz  Durán,  acaba de publicar un nuevo video, donde  afirma que según  recientes encuestas, su partido, va a ganar dos a uno  en el estado, y que se quedará  con la mayoría de las diputaciones del Congreso local.

Mientras  tanto, ayer  aquí, se tejieron un sinfín de conjeturas, sobre la supuesta  participación de  la  actual colaboradora  de la SEP  federal, Lucía  Aimé  Castillo  Pastor, en la marcha anti AMLO, organizada en esta capital. Con las reservas del caso, de confirmarse esta situación,  sería  sinónimo de traición y de falta de congruencia, por parte de la citada dama, pues  no puedes estar trabajando para alguien, y al mismo tiempo, salir a la calle, para pedir  su renuncia, y atacar  las políticas, de las que tu misma formas parte.

Yendo todavía  más allá, en el tema, habría que ver, si  Lucía  actuó por la libre, o con el pleno aval de quien se la llevó a la CDMX y le dio un cargo importante en su equipo, como es el caso del Oficial  Mayor de esa dependencia, Héctor Garza.