PODER POLÍTICO…
Por: Ciriaco Navarrete Rodríguez.-
Es muy preocupante la notoria deficiencia pedagógica del magisterio nacional, y más aún, la ausencia de conocimientos didácticos, de parte de algunos directivos de las escuelas, tanto de educación básica, y más aún en quienes dirigen los planteles escolares de educación media superior y superior, porque estos últimos, en su gran mayoría llegaron a ocupar el cargo de directoras o directores, por medio del deshonesto y hasta perverso influyentismo.
A lo largo de poco más de medio siglo, he tenido el privilegio de conocer a muchos de mis colegas que laboran en las diferentes Entidades Federativas de la República Mexicana, además de que hemos coincidido e interactuado en numerosos foros organizados por las autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en cuyos eventos regionales y otros de cobertura nacional, he podido comprobar que hay colegas de excelencia, y uno que otro que deja mucho que desear en materia pedagógica y didáctica.
Y debido a que muchos de mis lectores saben que soy periodista y académico, en estas fechas finales de presente año escolar 2018-2019, me envían múltiples quejas, porque se duelen de los abusos relativos a los elevados precios de los materiales escolares, los costos de los uniformes, y por si fuera poco, se quejan de las voluminosas cuotas de inscripción, las cuales sobrepasan las posibilidades económicas de la gran mayoría de las familias mexicanas.
Lo peor del caso, es que según mis investigaciones periodísticas, existen fundadas sospechas de que muchos de los directivos escolares, cada año hacen un gran negocio con los proveedores de los uniformes, porque sin licitación alguna, hacen arreglos convenencieros para que a cambio de darles la oportunidad de vender los uniformes a las y los alumnos, por cada prenda que se para los estudiantes, la gran mayoría de las y los directores, reciben un porcentaje que oscila entre el veinte y el cuarenta por ciento del valor de cada uniforme.
Las escuelas e institutos generalmente inscriben a varios cientos y hasta miles de alumnas y alumnos, y de esa manera el negocio de las y los directores resulta más grande y les produce mayores ingresos tanto a los proveedores como a la parte directiva de las instituciones educativas.
Sobre esa realidad, junto con mi equipo de colaboradores que gratuitamente me ayudan a hacer las investigaciones, dentro de pocos días enviaré los resultados a la Secretaría de Educación Pública (SEP) a la Fiscalía Federal y al propio Presidente Andrés Manuel López Obrador, porque son hechos preocupantes que inciden en la corrupción, y que además, que atentan en contra de la economía de las sufridas y hasta empobrecidas familias, no solamente de las tamaulipecas, sino de diversas partes del país.
Eso significa que la referida problemática escolar es un padecimiento nacional, y se debe a la carencia de recursos económicos que prevale en la mayoría de las familias del pueblo mexicano, lo cual no es notorio para la gran mayoría de los gobernantes, y mucho menos para la gente adinerada del país, porque tanto unos como otros, “tienen ojos que no ven, y corazón que no siente”.
Pero son ellos los dueños de la voz de la patria, porque así se asumen para evaluar el sufrimiento económico y la pobreza creciente de las familias que conforman las clases populares de México, y aunque en ocasiones recurren a las personas pobres, para pedirles opiniones, lo hacen a manera de chantaje para presionar a los políticos o a los gobernantes, y de esa manera pueden cobrarles diversas cantidades de dinero, las cuales, a veces suelen ser de millones de pesos.
Lo igualmente cierto es que las grandes empresas televisivas, las radiofónicas y todos los medios que presumen de tener una cobertura nacional, son las más grandes “sanguijuelas”, que vorazmente se apropian de muchos millones de pesos que les facturan a lo gobiernos de los Estados y de muchos municipios grandes, así como de los destinos turísticos de la República Mexicana.
En esos casos, solamente los experimentados y muy conocedores de las trapacerías de los personeros de la llamada “prensa nacional”, son quienes pueden sortear, con relativo éxito, la referida voracidad de los fieros lobos de la “prensa nacional”, la cual, gracias a las redes sociales de la maravillosa Internet, por fortuna, ya ha perdido mucha fuerza, y sus perversos chantajes están en vías de extinción.
Por esa razón, la prensa local, igual que la regional y la de cobertura nacional, ya se encuentra en franca empatía en materia de penetración, de manera que cualquiera de los portales de Internet, también llamados Páginas Web o Plataformas digitales, cuentan con un amplio potencial de cobertura mundial, lo cual, por añadidura, está conduciendo a una franca desaparición al periodismo escrito, pues los expertos aseguran que para el año 2030, los libros y las noticias solamente se podrán encontrar por medio de la Internet.
Todas esas realidades corresponden a los saberes verdaderos que invariablemente han conducido a la humanidad por la senda del saber y de la epistemología de la razón, que equivale al proceso que siguen los científicos para explicarse los fenómenos del mundo desde los mismísimos orígenes de la humanidad.
Por eso mismo, debo insistir en que nos cuidemos mucho de caer y hundirnos en el fangoso universos de las simples creencias que tanto son utilizadas por los avezados líderes religiosos para fanatizar a sus seguidores o feligreses, que ese “Dios”, cuya imagen nadie conoce” más allá de los retratos de todas calidades y precios, pero nos han inventado la falsa idea de que es el gran creador del universo y por supuesto de la humanidad, pero la verdad irrefutable es que fue al revés, porque el hombre, desde sus orígenes, creo el concepto divino cuando se lo atribuyó al sol, a la luna, al rayo, la centella, y a todo aquello cuyo origen y existencia, al hombre primitivo le eran desconocidos.
Sin embargo, a propósito de mis colegas docentes, es decepcionante escuchar hablar a muchas maestras, y a numerosos educadores, cuando se refieren a ese Dios religioso que nadie conoce, pero lo hacen así porque son personas tan enajenadas con las simples creencias de esa naturaleza, que se olvidan de su sagrada profesión que se debe sustentar en saberes verdaderos y no en seres imaginarios.
Y además es lamentable, saber que, siendo educadoras o educadores, suelen molestarse cundo les hablo de las realidades relativas a los saberes verdaderos, a tal grado que hasta suelen saludar con relativa frialdad, y hasta con ironía suelen disculparse para invocar a las divinidades de las que son adoradores.
Y finalmente, yo me pregunto: ¿Por qué hacen a un lado los saberes verdaderos? Será que mis colegas, igual que los políticos y los gobernantes, también tienen “Ojos que no ven, y corazón que no siente”
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