Entre Nos…

Por: Carlos Santamaría Ochoa.-

 

No somos expertos en el tema, pero sí vemos que hay afectaciones sociales. El hecho de que miembros de algunas secciones de la CNTE -Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación- siga tomando calles, cerrando el Congreso de la Unión y haciendo campañas para no tener clases en aras de derogar una reforma educativa que, desde nuestra óptica, buscó tener maestros preparados entre otras cosas, no ha sido sino un pretexto para aquellos que gustan de estar peleando por nada o por cualquier cosa.

Se reconoce que los maestros tienen opiniones, sin embargo, la actividad diaria nos ha mostrado que el deseo de los miembros de la CNTE es hacer lío, parar escuelas, y con la mano en la cintura querer imponer sus ideas, sin discutir si son buenas o no.  Tan dañino como lo que pelean es por lo que luchan, en otras palabras.

No entendemos la forma en que suspenden clases y se van a los paros que, aunque la ley los permite, entendemos que no hay autoridad posible que pueda frenar estos abusos -para nosotros- porque no es natural secuestras ciudades y vandalizar en aras de la reforma educativa que tanto defienden y que busca que a los estudiantes normalistas les den una laza por default, sueldo y todas sus prestaciones, sin necesidad que demuestren que están aptos para ello.

No se vale, porque pensamos que debe haber control del conocimiento, y para muestra: cheque usted los niveles educativos que tenemos hoy en día y nos daremos cuenta lo atrasados que nuestros hijos salen de las escuelas, y la falta de compromiso de un gran porcentaje de profesores que lo único que hicieron fue comprar una plaza, y ahora, defender al grupo de agitadores que ha tomado la CNTE.

Estos individuos se aliaron al partido en el poder -Morena- y ahora al gobierno le ha salido el tiro por la culata, porque no hay forma de hacerlos entender.

Dice el presidente López Obrador que no se va a utilizar la fuerza pública, sin embargo, las corporaciones de seguridad están para algo, y ese algo es garantizar la tranquilidad ciudadana, que no se puede lograr cuando esa caterva de personajes tiene tomado al país, al Congreso y le tiene tomada la medida al presidente n aras de que nunca les pondrán un dedo encima.

Como que es hora de que haya autoridad y se hagan bien las cosas. Entendemos que la reforma educativa la deben proponer los involucrados en la educación, pero de ahí a que tengan hasta qué decidir quien trabaja y quien no, pues no estamos de acuerdo.

Insistimos en que si bien es cierto que algunas entidades nos hemos salvado de los paros locos y toma de calles e instalaciones, México no merece que se les den todas las garantías a estos señores que han demostrado que lo que menos les interesa es la educación, para seguir haciendo desmanes y tomar al país como rehén. No estamos de acuerdo con su postura, y realmente no vemos un plan o planteamiento lógico: el único valedero para ellos es aprobar un documento que ellos hagan con todos los puntos que ellos propongan.

¿Y la autoridad? ¿Y el SNTE? Todos tienen derecho a ser escuchados y a que se tomen en cuenta sus propuestas.

El problema de este grupo definitivamente identificado con movimientos de una izquierda mal entendida es agitar, propiciar caos social y mantener el desorden para ellos sacar raja de todo.

Pediríamos al gobierno federal poner una solución inmediata y, de ser necesario,. Imponer la tranquilidad y garantizarla con el uso de las fuerzas de seguridad, haciendo ver que cualquier violación a los derechos humanos de las personas será castigada severamente.

Pero es hora de poner orden, porque no se debe permitir la chiflazón de unos cuantos, que llegan, paran, bloquean, delinquen, incumplen con sus labores, y como siempre: no pasa nada.

Es hora que haya justicia para los afectados, principalmente, los niños que no reciben educación.

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