DE PRIMERA …. LA DAMA DE LA NOTICIA
POR ARABELA GARCIA ….
En Tamaulipas parece que hemos descubierto el secreto mejor guardado para la salud mental: ser exalcalde con cuentas pendientes. Mientras el ciudadano promedio pierde el sueño por una multa de tránsito o un recargo en el predial, hay personajes en Matamoros que duermen sus ocho horas completas, con la conciencia tan tranquila como si las auditorías fueran meros cuentos de camino.
El reporte de la Auditoría Superior del Estado (ASE) no es una «fe de erratas» cualquiera; es un grito de alerta. Hablamos de 145 cuentas públicas con irregularidades, un festín de opacidad donde el nombre de Mario López Hernández brilla con luz propia. Pero no por su gestión, sino por el vacío documental.
El arte de no explicar
¿Cómo se le explica a un matamorense que no se pueden justificar más de 558 millones de pesos en el municipio? ¿O que en la Junta de Aguas y Drenaje (JAD) el boquete financiero asciende a los 4,900 millones? Esas cifras no son solo números en un papel; son obras que no se hicieron, servicios que fallaron y un patrimonio público que parece haberse esfumado en el aire.
Dicen que «el que nada debe, nada teme», pero en la política local la máxima parece ser: «el que tiene fuero, tiene sueño profundo». El diputado Eliphaleth Gómez Lozano ya puso las cartas sobre la mesa: el camino apunta al Congreso de la Unión para un eventual desafuero. Porque la pregunta es obligada: ¿El fuero es para proteger la función pública o para blindar la impunidad?
La Fiscal: Entre relevos y «hombres de confianza»
Mientras el escándalo de las cuentas hierve, en la Oficina Fiscal de Matamoros el juego de las sillas no se detiene. La renuncia de Félix Rosano Gamundi es el tercer movimiento en una oficina que parece no encontrar puerto seguro. Se barajan nombres como Roque Hernández o alguna figura femenina bajo reserva, pero el trasfondo es el mismo: el equipo.
Y es aquí donde el refrán popular cobra una vigencia cínica: «La mujer, el caballo y la pistola no se prestan». En la política tamaulipeca, habría que añadir un cuarto elemento a la lista: la chequera.
Los cambios constantes en Finanzas y en la Fiscal sugieren que, cuando se trata de recaudar y administrar, nadie quiere testigos incómodos. Se busca «gente de confianza», pero ¿confianza para quién? ¿Para el erario o para los grupos de poder.
Si la administración de Mario López tuvo un año entero para solventar las inconsistencias y decidió guardar silencio, el mensaje es claro: desprecio por la transparencia.
Hoy, la ASE tiene el balón en su cancha. Si no hay denuncias penales contundentes, si no hay consecuencias reales más allá del ruido mediático, entonces confirmaremos lo que muchos sospechan: que en el estado, las leyes son para los de a pie, y el descanso eterno (y remunerado) es para quienes supieron «perder» los millones a tiempo.
¿Seguirán durmiendo ocho horas, o finalmente sonará la alarma de la justicia?
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SALUDOS A TODOS PRONTO NAVIDAD A PREPARARNOS
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