La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

Si el escenario electoral del país y del estado, no trastoca los tiempos del SNTE, el próximo año deberán elegir los profesores a su nuevo dirigente en la Sección XXX que, hasta ahora, encabeza Arnulfo Rodríguez Treviño. Al momento, cinco precandidatos con potencia y presencia en la entidad son los que han externado sus aspiraciones: Naif Hamscho Ibarra, Abelardo Villanueva, Enrique Meléndez Pérez, Ulises Ruiz y Mariano Lara.
Se puede compactar la lista: Naif y Abelardo, van en unidad, bajo el patrocinio de los panistas Cabeza de Vaca; Meléndez, quien pretende operar como el tercero en discordia, es apuntalado por la ex dirigente nacional del SNTE -o lo que queda de ella, Elba Esther Gordillo-; y por último Ulises y Mariano, patrocinados por el líder de la Sección.
El grupo Matamoros opositor -Naif y Abelardo- arrastran un fardo: el panismo que tanto daño hizo a los profesores; aún hoy se le siguen procesos por pillerías al secretario de la SET panista, Mario Gómez Monroy.
El PAN le apuesta a la división, a la fractura dentro de la Sección, que les abra la oportunidad de cachar el descontento en las filas magisteriales que no es poco: las bases reclaman la centralización de los beneficios sindicales en segmentos del comité directivo de la Sección. Al parecer, esta vez van juntos, para no fragmentar los apoyos y la potencia en dos candidaturas.
Meléndez ha sido cauto. No ha ido al choque; ni con la autoridad ni con los dirigentes actuales. Es probable que no le alcance para ganar; pero sí, para crear al interior del sindicato cierta inestabilidad que le permita negociar y garantizar su supervivencia política.
Teóricamente las huestes de Arnulfo, tiene la baraja en este juego sucesorio. Una mayor cohesión, cuadros jóvenes para el relevo y una débil mayoría que lo sostiene con una legitimidad que le permite seguir controlando la sección a través de un profesor de su corriente.
Ulises y Mariano han mostrado dotes de liderazgo. El primero, sorteó junto a Arnulfo la severa crisis que derivó del enfrentamiento con el gobierno estatal al inicio de su administración; el segundo, es más bien un eficiente burócrata que se teme cambie de careta al llegar a la dirigencia.
Si bien Ulises está heredando parte de la potencia del liderazgo sindical de Arnulfo, tendrá que aprender a construir una conducción flexible con el gobierno estatal.
Las tres corrientes magisteriales que se pelean la Sección no pueden equivocarse. Es tan viscosa la mayoría definitoria de la elección, que toda ponderación irreal, puede llevarlos a la derrota, al descalabro.
¿Regresará Esther Gordillo en Tamaulipas?
¿Revivirá el PAN en la Sección XXX del SNTE?
No lo sabemos.
Lo cierto: es una escaramuza política previa, al 2028.