#DESDELAFRONTERA 

POR #PEDRONATIVIDAD 

En política, los discursos se los lleva el viento; los hechos, no. Y en Nuevo Laredo, los números, las obras y las decisiones estratégicas empiezan a hablar con una claridad incómoda para quienes apostaron al desgaste de la administración municipal. Hoy, bajo el liderazgo de Carmen Lilia Canturosas, la ciudad no solo gobierna, marca agenda. 

La calificación histórica AAA.mx otorgada por Moody’s Local México trasciende el ámbito técnico y se convierte en un hecho político de alto impacto. En un país donde la mayoría de los municipios viven atrapados entre deuda, improvisación y simulación administrativa, Nuevo Laredo se coloca en la élite nacional de los gobiernos locales con finanzas sanas, disciplina presupuestal y gobernanza eficiente. No es casualidad ni suerte, es resultado de un modelo de gobierno que privilegia la planeación, la transparencia y la rendición de cuentas. 

Pero el dato que verdaderamente incomoda a los críticos es otro, el compromiso de dejar a Nuevo Laredo libre de deuda pública. Cuando Carmen Lilia asumió el gobierno, recibió un municipio con una deuda heredada de 580 millones de pesos, una losa que durante años limitó el desarrollo. Hoy, gracias a un manejo responsable y estratégico de las finanzas, esa carga se ha reducido de manera histórica y la alcaldesa ha sido enfática al comprometerse que, al concluir su segundo periodo, la deuda quedará en ceros. Un mensaje contundente en tiempos donde muchos gobiernan pensando en el siguiente cargo, no en el siguiente balance financiero. 

Este saneamiento no es un acto administrativo frío; es una decisión política con impacto social directo. Cada peso que ya no se destina al pago de intereses del pasado se traduce en obra pública, servicios eficientes e infraestructura moderna. Y ahí está el otro rostro de esta administración, el desarrollo visible. 

En lo que va de su gestión, Nuevo Laredo se ha consolidado como el motor económico de Tamaulipas y uno de los más importantes de México. La llegada de la Agencia Nacional de Aduanas, el nuevo puente ferroviario, los proyectos de ampliación del Puente Internacional, la instalación de supermercados, franquicias, fábricas, y obras fundamentales como el saneamiento de aguas negras, confirman que aquí no se gobierna para la foto, sino para el largo plazo. 

La ciudad crece, se moderniza y se ordena, mientras otros municipios apenas sobreviven administrativamente. Esa es la diferencia entre gobernar y administrar la inercia. 

La calificación AAA no es el punto de llegada, sino la validación externa de un modelo que convirtió la estabilidad financiera en desarrollo tangible y en confianza ciudadana sostenida. Carmen Lilia Canturosas entendió algo que en política suele olvidarse… La mejor narrativa es la que se construye con resultados. 

Y esos, hoy por hoy, están a la vista de todos. 

MUNICIPIO INCUMPLIDOS 

Hay cifras que no admiten maquillaje. Diez mil millones de pesos sin solventar no son un error administrativo, son el retrato crudo de años de mal gobierno en Tamaulipas. Así lo reconoce, sin rodeos, el propio Diputado presidente de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior del Estado, Eliphalet Gómez Lozano, al admitir que la entidad arrastra un caos financiero que hoy amenaza con rebasar cualquier intento de simulación institucional. 

Los números son demoledores. De 12 mil millones de pesos fiscalizados, alrededor de 10 mil millones no fueron justificados. No hablamos de un caso aislado ni de un municipio en problemas, sino de 180 cuentas públicas correspondientes a los ejercicios 2021, 2022 y 2023, donde el 60 por ciento de los informes de resultados fueron reprobados. Es decir, el dinero se ejerció, pero nadie pudo o quiso, explicar cómo. 

El rezago histórico es escandaloso, 15 cuentas de 2021, 90 de 2022 y 195 de 2023 presentan irregularidades. Y aunque el legislador se reservó los nombres de los ayuntamientos y organismos involucrados, el dato más contundente ya está sobre la mesa, 40 de los 43 municipios de Tamaulipas reprobaron en 2023, con más del 95 por ciento de sus cuentas en sentido negativo. Un fracaso generalizado que evidencia la ausencia de planeación, control y responsabilidad en el manejo del recurso público… ¿Qué, no? Nos leemos. 
Comentarios: [email protected]