Por Jaume Osante Turón.
Juan Guillermo Mansur Arzola fue, ante todo, un servidor público de largo aliento. Originario de Ciudad Victoria, Tamaulipas, construyó una trayectoria marcada por la vocación social, particularmente en los ámbitos de la salud y la educación, dos trincheras desde las que entendió el servicio como una responsabilidad permanente con la gente.
Médico de formación y Maestro en Salud Pública, Mansur Arzola inició su carrera profesional muy cerca de la ciudadanía. Fue director del Hospital Civil de Ciudad Victoria (hoy Hospital General), un espacio donde el trato humano y la atención a los sectores más vulnerables marcaron su primera etapa como funcionario. Posteriormente encabezó el Sistema DIF municipal de Victoria, ampliando su campo de acción hacia la asistencia social y el acompañamiento a familias en condiciones de mayor fragilidad.
Su experiencia y perfil técnico lo llevaron a ocupar cargos de mayor responsabilidad estatal. En 2006 fue designado delegado del ISSSTE en Tamaulipas, posición que volvió a desempeñar entre 2017 y 2022, consolidando su conocimiento del sistema de seguridad social y la atención a los trabajadores del Estado. Entre ambos periodos, también asumió la Secretaría de Salud de Tamaulipas, así como la Dirección de los Servicios Estatales de Salud, desde donde enfrentó retos estructurales en materia de atención médica, prevención y administración pública.
En octubre de 2022 fue nombrado director general del Instituto Tamaulipeco de Becas, Estímulos y Créditos Educativos (ITABEC). Desde esta responsabilidad, su enfoque se centró en ampliar oportunidades educativas para niñas, niños y jóvenes, entendiendo la educación como una herramienta de movilidad social y justicia. Su gestión buscó dar continuidad institucional, fortalecer programas de apoyo y acercar los beneficios del instituto a quienes más lo necesitaban.
Juan Guillermo Mansur Arzola falleció trágicamente este domingo en un accidente carretero, cuando se dirigía a cumplir una agenda de trabajo oficial. Su muerte deja un vacío en la administración pública tamaulipeca, pero también una trayectoria extensa que habla de constancia, experiencia y servicio.
Más allá de los cargos, su legado queda asociado a décadas de trabajo en favor de la salud, la asistencia social y la educación en Tamaulipas. Un funcionario que entendió el poder público no como privilegio, sino como una herramienta para servir.
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