Por La Libre
Por Edelmira Cerecedo García
En Tamaulipas, la fe no es un asunto menor: es identidad, historia y un profundo vínculo comunitario. La inauguración de la Virgen de la Misericordia en El Chorrito no solo representa una obra monumental, sino un acto de respeto y amor hacia el sentir de miles de tamaulipecas y tamaulipecos guadalupanos que, desde distintos municipios del estado, acudieron para ser parte de este momento histórico. Bajo un gobierno humano, encabezado por el gobernador Américo Villarreal Anaya, se reconoce que gobernar también es comprender el alma de su pueblo y honrar sus tradiciones más arraigadas.
Esta visión trasciende lo simbólico. Apostar por el turismo religioso es una estrategia puntual y objetiva que abre oportunidades reales para la economía estatal. El Chorrito se consolida como un nuevo polo de atracción que dinamiza servicios, comercio local y empleos, al recibir visitantes de todo Tamaulipas y de otras regiones, integrando la fe con el desarrollo regional. La espiritualidad, bien entendida, también genera bienestar compartido.
En este esfuerzo integral, destacó la presencia y acompañamiento de la Dra. María de Villarreal, presidenta del DIF Tamaulipas, cuya sensibilidad social ha sido un pilar para fortalecer el tejido humano del estado, así como la participación del Secretario de Turismo, quien impulsa una visión estratégica para posicionar a Tamaulipas como un destino con identidad, historia y vocación espiritual.
Que esta obra —como expresó el Gobernador— siga bendiciendo a nuestro pueblo y nos recuerde que nunca estamos solos en Tamaulipas. La invitación es clara: construir un estado más humano, más sensible, gobernado por un hombre que transformó la fe en una pieza única en todo México, capaz de unir corazones y detonar progreso. Tamaulipas cree, Tamaulipas avanza.