Por Agustin Peña Cruz
Ciudad Altamira, Tamps.- La posada del Partido Acción Nacional (PAN) en Altamira se
convirtió este fin de semana en un termómetro político y, al mismo tiempo, en un ejercicio
de cohesión interna en tiempos marcados por realineamientos y tensiones dentro de la
oposición mexicana. Lejos de ser un simple convivio decembrino, el encuentro convocado
por el Comité Directivo Municipal reunió a cuadros históricos, militantes de base y
simpatizantes que, entre luces navideñas y música festiva, encontraron un espacio para
reafirmar identidad y propósito.
En un escenario nacional donde los partidos opositores buscan recuperar terreno y clarificar
rutas comunes, la reunión del panismo altamirense adquirió un tono simbólico. La presencia
del invitado de honor, César Augusto Verástegui Ostos, dio a la celebración un matiz de
lectura estratégica: más que un invitado, fue una figura que llegó para subrayar la
importancia de la unidad como condición indispensable para competir y sobrevivir en un
ecosistema político dominado por mayorías hegemónicas.
La apertura estuvo a cargo de Silvia Guadalupe García Escobedo, presidenta del Comité
Directivo Municipal, quien recordó que la posada no pretendía ser únicamente una
convivencia navideña, sino una afirmación del proyecto panista en un municipio clave del
sur de Tamaulipas. El mensaje giró en torno a valores tradicionales del partido
—comunidad, compromiso, responsabilidad cívica—, dejando claro que el PAN en Altamira
busca rearticularse desde lo local, fortalecer vínculos internos y prepararse para los
cambios venideros.
Cuando Verástegui tomó la palabra, el ambiente transmutó de festivo a reflexivo. La
intervención, cargada de referencias al valor del tiempo, a la importancia de la unidad y al
peligro de la fragmentación, fue escuchada con atención por una militancia consciente del
desafío político que representa enfrentar a un partido en el poder con control sobre los tres
órdenes institucionales.
El exsecretario general de Gobierno y actual Diputado Federal insistió en que la cohesión
no es una opción sino una necesidad: dividirse —dijo— equivaldría a entregar, sin
resistencia, el terreno político. Su apelación a construir “un solo camino” fue un mensaje
directo para quienes, desde distintas trincheras, miran hacia el 2027 y 2028.
Entre discursos, saludos y fotografías, la posada se consolidó como una escena donde la
política y la tradición se cruzan. Como es costumbre, diciembre suele marcar pausas, el
panismo altamirense pareció optar por lo contrario: utilizar el espíritu de la temporada para
activarse, organizarse y evaluarse, en un contexto donde la oposición enfrenta no solo al
gobierno en turno, sino el reto de reinventarse a sí misma.
La noche cerró entre aplausos, agradecimientos y la presencia visible de personajes
relevantes del panismo local, recordando que, en tiempos de cambios y retos, incluso las
celebraciones pueden convertirse en escenarios de definición política.
Entre los invitados asistieron: Samuel López Cepeda, secretario general del PAN Altamira;
Félix Guillu Meraz, regidor del PAN en el cabildo altamirense; Jesús Zeferino Lee;
Cuauhtémoc Zaleta Alonso; Néstor Puente; Rosa Narcedalia Castro; Leobardo Violante;
Ernesto De la Portilla, entre otros.
Unidad panista se fortalece en Altamira durante posada