Juanjo Salazar señaló que el agua no debe ser utilizada como bandera partidista y llamó a que la Ley General de Aguas surja de la consulta ciudadana.

El secretario de Gestión Social de Movimiento Ciudadano, Juanjo Salazar fijó su postura sobre la Ley General de Aguas que está en revisión, al señalar que cualquier legislación en materia hídrica debe construirse desde el territorio, escuchando a las comunidades, a las familias y a los productores que viven diariamente los efectos de la escasez de agua.

Desde su experiencia en Ciudad Victoria, sostuvo que una ley solo puede ser efectiva si se traduce en soluciones reales y no únicamente en disposiciones jurídicas.

¿Por qué dice Juanjo Salazar que el agua no debe tratarse como un tema partidista?

Juanjo Salazar subrayó que el agua forma parte de la vida cotidiana y no puede reducirse a un debate político entre fuerzas o intereses. Aseguró que, cuando se legisla sin consultar a quienes enfrentan la falta de suministro, se corre el riesgo de crear normas alejadas de la realidad social.

“El agua no es un tema partidista, es un asunto de vida diaria. Si una ley quiere servir, debe nacer de la consulta y la participación de quienes enfrentan la realidad todos los días: las familias que no tienen suministro regular, los productores que dependen del riego para sostener el campo y las comunidades que buscan seguridad hídrica”, expresó.

En ese sentido, consideró indispensable que la discusión nacional incorpore las voces de las ciudades y regiones con mayor rezago en infraestructura, como ocurre en diversas zonas de Ciudad Victoria.

¿Cómo ha apoyado Juanjo Salazar a los ciudadanos ante la escasez de agua?

Como ejemplo de atención directa a una problemática cotidiana, Juanjo Salazar destacó que en la capital de Tamaulipas se ha logrado apoyar a más de mil familias mediante la entrega de tinacos y gestiones orientadas a mejorar el almacenamiento y el acceso digno al agua.

Estas acciones, explicó, permiten que las familias enfrenten con mayor seguridad los periodos de baja presión o cortes en el suministro, además de reflejar que las soluciones no siempre requieren grandes discursos, sino voluntad para atender necesidades inmediatas.

“Mientras el país discute cómo administrar el agua, aquí hemos acompañado a más de mil familias con soluciones concretas. Eso nos confirma que la política tiene sentido cuando resuelve”, afirmó.

¿Qué riesgos existen al legislar desde el escritorio?

Juanjo Salazar advirtió que las decisiones tomadas sin contacto con el territorio suelen ignorar la urgencia de miles de hogares que abren la llave y no reciben agua.

Señaló que legislar desde escritorios lejanos puede provocar normas bien intencionadas, pero ineficientes si no consideran las condiciones reales de infraestructura, clima y crecimiento urbano.

Para el dirigente, la experiencia cotidiana de las colonias con problemas de abasto debe ser un insumo clave en la construcción de cualquier reforma legal relacionada con el agua.

¿Qué necesita la Ley General de Aguas para convertirse en un derecho real?

Finalmente, Juanjo Salazar enfatizó que la Ley General de Aguas debe ir más allá del papel y estar acompañada de presupuesto, inversión en infraestructura y mecanismos claros que garanticen el acceso efectivo al agua, especialmente en comunidades con rezago social.

“Si queremos que el agua sea un derecho real y no solo jurídico, la ley debe acompañarse de recursos e infraestructura. En Victoria lo tenemos claro: escuchar no es opcional, es un deber”, señaló.

Juanjo Salazar, reiteró que mantendrá su enfoque en el trabajo en territorio, la gestión de soluciones prácticas y la promoción de marcos legales que tengan impacto directo en la calidad de vida de la población.

“Cuando se quiere mejorar siempre se puede, pero el cambio empieza incluyendo a quienes viven el problema y construyendo soluciones con ellos”, concluyó.