#DESDELAFRONTERA 

POR #PEDRONATIVIDAD 

Hay noches que no se olvidan… noches que no solo iluminan un parque, sino que encienden el corazón de toda una ciudad. Así fue este miércoles pasado, cuando la Navidad volvió a abrazar a Nuevo Laredo con esa magia que solo lo auténtico, lo familiar y lo profundamente humano puede provocar. 

El Parque Viveros, ese pulmón donde tantas historias se cruzan, se transformó en un universo de luz. Cientos de familias llegaron tomadas de la mano, con los abuelos al frente, los niños brincando de emoción y los papás buscando el mejor ángulo para inmortalizar el momento. Y ahí, frente a miles de miradas expectantes, estaba la presidenta municipal, Carmen Lilia Canturosas Villarreal, acompañada por su esposo Óscar Mario Hinojosa y por la presidenta del DIF, Claudette Canturosas, lista para encender mucho más que un pino navideño. 

Cuando Carmen Lilia activó el interruptor, ocurrió algo más poderoso que una simple iluminación. Una ola de luz recorrió cada rincón del parque, como si la ciudad entera respirara esperanza al mismo tiempo. El monumental pino navideño se alzó brillante, casi tocando el cielo, mientras los ojos de los más pequeños se abrían como lunas llenas. 
Ahí, entre suspiros y aplausos, la Navidad cobró vida. 

Túneles iluminados, villas temáticas, estructuras gigantes que duplicaron lo hecho el año anterior, más de 200 figuras monumentales y 200 mil luces LED formaron un recorrido que arrancó sonrisas de esas que curan. Era imposible no detenerse a contemplar, imposible no sentir que, por un momento, el mundo se hacía más suave, más amable. 

En su mensaje, Carmen Lilia habló desde el corazón, como suele hacerlo cuando lo que está en juego son las familias de su tierra, “La Navidad es un tiempo de encuentro, de valorar a quienes amamos y de agradecer lo que somos como comunidad. Que cada luz de este parque nos recuerde que unidos somos más fuertes y que estas fiestas son una oportunidad para compartir, abrazar y soñar juntos”. 

Y no fue solo un discurso. Fue una declaración de amor a Nuevo Laredo. 

Porque además del pino y las luces, esa noche marcó el renacimiento del Espacio Cultural y Artístico del Parque Viveros, un sitio completamente renovado que, en palabras de la alcaldesa, vuelve a abrirse con propósito, un punto de encuentro, un escenario para la cultura y un refugio para la convivencia familiar. 

IMELDA, ALZA LA VOZ EN EL SENADO 

La senadora Imelda Sanmiguel Sánchez, presentó una propuesta que no es menor y que vuelve a colocarla en el centro del debate nacional, que la nueva Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública obligue (no sugiera), a la Federación garantizar medidas reales de protección para los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas, sujetos plenos de derecho y, sin embargo, históricamente invisibilizados. 

Y es que la senadora no habla al aire. Lo dice con datos, con contexto y con una preocupación que más que política, es humana, “El debilitamiento institucional, la militarización del país y la cooptación del Poder Judicial están poniendo en riesgo a todos… pero particularmente a los más vulnerables”, señaló. 

Ahí es donde su voz pesa. Porque mientras muchos prefieren mirar hacia otro lado, Imelda señala lo que pocos se atreven a reconocer, que las mujeres indígenas, migrantes y afrodescendientes son quienes más resienten esta violencia estructural, silenciosa y muchas veces ignorada por las autoridades. 

Su iniciativa incluye algo fundamental, que el titular del Secretariado o Ejecutivo en materia de seguridad impulse políticas públicas, programas y acciones específicas para proteger y fortalecer a estos pueblos. No parches. No discursos. Acciones. 

La senadora 100% hecha en Nuevo Laredo, de carácter firme y convicciones claras, dejó una reflexión que pesa más que cualquier discurso partidista, México no sólo ha sido omiso… ha sido injusto… ¿Qué, no? Nos leemos. 
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