La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

Las más recientes pistas del asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, apuntan a un crimen de los grupos antisociales de la región, y el uso del evento para construir un verdadero montaje de las oposiciones para culpar al gobierno del estado -de la IV T y su Segundo Piso- y a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Los poderes fácticos, -en donde se ubica la derecha delirante del país- intentaron crear una narrativa de que el presidente municipal, había sido acallado por sus enemigos políticos donde se ubicaban los gobiernos de MORENA.
En eso fundamentaron su discurso.
La derecha se apresuró.
Sin analizar los hechos, se lanzaron irreflexivamente contra las instituciones de la IV T.
Rabiosamente pidieron justicia.
Si bien es cierto que existen regiones en donde el CO tiene una preeminencia que rebasa las instituciones, es una opinión ligera culpabilizar al Estado. Responsabilizarlo sí; porque está faltando, a sus tareas institucionales de apagar esas áreas de ingobernabilidad.
Se sabe ahora, que los asesinos responden a uno de los grupos más violentos del escenario michoacano y siguieron al pie de la letra un plan diseñado por sicarios y policías -hasta ese momento de alta confianza de Manzo- que aún estaba en servicio en la seguridad personal de la viuda del presidente municipal.
Es decir: los representantes de la Federación -la Guardia Nacional, Ejército y Marina- estaban en el segundo círculo de la seguridad personal del hoy occiso.
Para completar el cuadro, ya fue detenido uno de los asesinos intelectuales; faltan más, según las autoridades federales a cargo de la investigación.
Todo ello, ha desarmado el modelo de ficción culposa del PRI y del PAN que, aprovechando el humor social de la sociedad mexicano, consideró oportuno organizar la Marcha del Sombrero pensando que la sociedad se volcaría en lo que sería, una masiva protesta.
Los nuevos datos, superan la engañifa de los opositores: todo resultó un complot para alimentar su odio y sus rencores por la IV T y sus políticas.
Cada día se evaporan y debilitan las estrategias del PRI y del PAN por delinear una retórica que los posicionen como oposición fuerte y seria.
Ahora van a echar mano de su escasa sensibilidad social.
Apoyaran a los productores agrícolas y camioneros en sus justas demandas.
Hay que aplaudirles su nuevo rostro.
Lo único que queda claro, es que les vale madre la sangre que se derrama en México -siempre que no sea la suya o la de sus socios-, si les sirve como combustible para sus oscuros fines.