COLUMNA SIN CENSURA
Por: Carlos Carreño Ortiz
FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA y HUMBERTO PRIETO HERRERA fueron, durante años, algo más que aliados políticos: comían del mismo plato, compartían círculos, intereses y una misma causa. Sin embargo, algo ocurrió, un quiebre silencioso, una ruptura conveniente, que hoy los coloca en trincheras opuestas.
Ahora, desde el Congreso, HUMBERTO PRIETO HERRERA dispara dardos envenenados cada vez que tiene oportunidad, como si el exgobernador fuera la raíz de todos los males de Tamaulipas.
Pero conviene preguntarse: ¿de verdad se trata de un acto de valentía política o simplemente de cálculo electoral?
Porque es evidente que los ataques de PRIETO HERERA no son gratuitos. Vienen cargados de aspiraciones: quiere ser candidato y, eventualmente, presidente municipal de Reynosa.
Y en la lógica del pragmatismo político, golpear a GARCÍA CABEZA DE VACA parece haberse convertido en su moneda de cambio para buscar la bendición de MORENA.
El problema es que, si uno revisa su trayectoria reciente, el mayor mérito que exhibe para ser postulado no es precisamente el trabajo legislativo, el contacto con la ciudadanía o la defensa de causas sociales. No. El valor que presume es su capacidad para “golear” al exmandatario, como si eso, por sí solo, lo convirtiera en un digno aspirante a gobernar Reynosa.
Y que quede claro: aquí nadie pretende convertir a GARCIA CABEZA DE VACA en un mártir. De hecho hay mucha evidencia de sus excesos, de sus abusos.
Pero resulta criticable que HUMBERTO PRIETO HERERA busque colarse en la política municipal vendiendo pleitos personales como si fueran logros públicos.
Es una estrategia vieja, desgastada y, sobre todo, ofensiva para un electorado que ya está cansado de políticos que no proponen, no construyen y no trabajan… pero sí destruyen.
No hay que olvidar que PRIETO HERERA pertenece a ese grupo de políticos “papistas”, que ayer comían de un lado y hoy presumen ser más morenistas que el propio AMLO.
Cambiaron de camiseta, pero no de ambición: utilizan a MORENA como vehículo para sus intereses personales, no por convicción ni por compromiso con la 4T.
En resumen, HUMBERTO PRIETO HERRERA no está construyendo un proyecto político: está levantando un monumento a su oportunismo.
Y eso, por más discursos y golpes mediáticos que quiera dar, no lo convierte en la opción que Reynosa merece.
Hasta la próxima.[email protected]