La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
La Marea Rosa versión 2.1 -se dice la generación Z- exhibió sus peculiaridades: discurso opositor hueco, conformada por sujetos de la derecha impresentables, desplazados del gobierno frustrados, consignas conservadoras y violencia en su actuar.
La marcha de la generación Z que muchos financiaron y promovieron, resultó el parto de los montes: mucho ruido y pocas nueces.
Efectivamente: la Marea Rosa, obtuvo un sonoro -aunque efímero- triunfo político; los zetas, apenas lograron cierta notoriedad en los medios conservadores.
Demandaban a gritos la represión.
La contención del movimiento por la fuerza pública fue la cosecha más significativa que logró una disidencia acorde a los movimientos de la derecha continental.
Notable: hubo más policías heridos, que manifestantes.
Ese hecho, habla mucho de las circunstancias que rodeó la estrategia del PRIAN.
Las demandas de la masa -están en los medios-, eran en verdad para la historia:
1.- Narcogobierno. En el olvido dejaron, que los panistas, Vicente Fox y Felipe Calderón, entregaron franjas del Estado, a los grupos antisociales: el primero -se conoce por diversas fuentes-, liberó al Chapo Guzmán y el segundo, entregó el aparato policiaco-militar a Genaro García Luna, con las consecuencias que hoy vivimos. Fueron los prianistas, los que eliminaron la policía preventiva en los municipios y casi desaparecieron a la Policía Ministerial en casi todo el país.
2.- Gobierno ratero. Acusan a la IV T y su Segundo Piso, de quitarle el dinero a los mexicanos, para entregarlo a los que no trabajan. Es una crítica velada, a la política social del gobierno anti-neoliberal de Claudia Sheinbaum.
Trasuda, en esa crítica, el pensamiento conservador que caracteriza a la derecha continental.
Lo absurdo de esa petición, es que era pronunciada por miembros de la clase media y clase media baja.
3.- Gobierno autoritario. “Nos lleva a la dictadura”, decían. Desconocen la historia, o se hacen que la desconocen. Los conservadores, son unos cándidos: no tienen idea de cómo funcionan las dictaduras; en Paraguay, en Argentina, en Chile, en Guatemala, en El Salvador, en Colombia, en Uruguay, en Brasil, aún existen cementerios clandestinos en donde yacen los cuerpos y derechos, de hombres y mujeres que se enfrentaron a esos regímenes dictatoriales.
Nada más lejano a un gobierno autoritario, que el libertinaje de la prensa contra los Poderes del Estado. Todo ello, con la tolerancia gubernamental.
¿Había más libertad con Porfirio Díaz?
¿Con Victoriano Huerta, se vivieron tiempos luminosos de la prensa?
Más a la mano: ¿Gustavo Díaz Ordaz era un demócrata?
Ahora se sabe, que el periodista Manuel Buendía Tellezgirón fue asesinado por mencionar el vestido de novia de la hija del presidente Miguel de la Madrid Hurtado.
Fallaron los conservadores: quisieron construir un contrapeso y generaron un lastre propio.