Por la Libre

Por Edelmira Cerecedo García

Mientras las redes se encienden con rumores y ataques, el gobierno de Tamaulipas avanza con resultados tangibles, liderazgo firme y una comunicación basada en hechos, no en escándalos.
En días recientes se difundieron nuevas mediciones sobre la percepción ciudadana hacia los gobiernos federal y estatal. Los resultados no dejan lugar a dudas: Tamaulipas respalda a su gobernador. La administración de Américo Villarreal Anaya mantiene una aprobación sólida, resultado de una conducción serena, cercana y comprometida con las y los tamaulipecos.
Ese respaldo no es casualidad. Nace de un ejercicio de gobierno enfocado en la reconstrucción institucional, en la justicia social y en la coordinación permanente con la Federación. Hoy, Tamaulipas forma parte activa del proyecto nacional encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, con avances en salud, bienestar, desarrollo regional y seguridad pública con sentido humano.

Y sin embargo, en medio de los logros, aparecen las mismas voces de siempre, los mismos perfiles que buscan manchar con calumnias lo que no pueden frenar con argumentos. Las redes se han convertido en el terreno favorito para quienes confunden crítica con difamación y libertad de expresión con libertinaje de agresión.

El más reciente blanco ha sido Francisco Cuéllar Cardona, coordinador general de Comunicación Social del gobierno estatal. Viejo conocido del periodismo tamaulipeco, formador de reporteros y profesional respetado, Cuéllar ha sido pieza clave para mantener una política comunicativa basada en la transparencia, el respeto y la verdad. Pero en la lógica de los detractores, los golpes no buscan dañar solo al funcionario, sino también a su entorno familiar, apelando al morbo y a la desinformación.

Esa práctica ruin no es nueva. Aparece cada vez que un gobierno avanza, cuando los resultados son evidentes y la oposición carece de discurso. Es el reflejo de quienes añoran tiempos de privilegio y convenios sin control, y no toleran la disciplina con la que hoy se maneja la comunicación pública.

Mientras tanto, el gobernador Américo Villarreal sigue enfocado en gobernar. Lo hace sin estridencias, con paso firme y una visión clara de Estado. Los avances se sienten: hospitales rehabilitados, caminos en proceso de reconstrucción, obras de infraestructura que devuelven conectividad y desarrollo, y una nueva relación con la sociedad civil basada en el diálogo y la confianza.

Tamaulipas vive un momento de estabilidad política, de respeto institucional y de reencuentro social. Los incendios, los verdaderos, se apagan con trabajo; los que algunos inventan en redes, con verdad.

Porque en este gobierno no hay tiempo para distraerse en rumores.
El proyecto sigue, avanza y se consolida.

Y sí, el proyecto es y sigue siendo Américo Villarreal.