CENA DE NEGROS

Marco Antonio Vázquez Villanueva

No hace muchos días se difundió una encuesta sobre la aprobación al gobierno de Claudia Sheinbaum en el Estado y a ella se acompañó la percepción que tienen los tamaulipecos respecto a la administración de Américo Villarreal en esta Entidad; en lo primero, los números demuestran que Tamaulipas fue el que proporcionalmente mayor respaldo otorgó a la presidenta a nivel nacional, esto con el 83.4 por ciento, y la aprobación del gobernador andaba del orden de70 por ciento, y eso no crea que es cualquier cosa, al contrario, son un sueño para cualquier político, son de locura para quienes ya tienen tres años ejerciendo el poder qué, hay que decirlo, naturalmente desgasta, para darle una idea de ello, el exgobernador, el prófugo, terminó con menos del 23 por ciento de aprobación, Egidio en un 18 por ciento y Geño con el 47 por ciento.

Valgan los números para recordar una plática con Francisco Cuéllar Cardona, ya vieja, de un par de años atrás cuando le comenzaron a atizar diversos columnistas y en redes sociales, palabras más, palabras menos, le cuestionamos el por qué no se defendía y como respuesta recibimos, “ya sabes lo que quieren, algunos de ellos sueñan con los más de 300 mil pesos que se llevaban al mes en convenios más otros ingresos en acuerdos y ni de locos se hará eso, el gobernador no lo aprobaría nunca, además, para eso estoy. El proyecto es el gobernador y va bien”.

En lo personal conocí a Francisco Cuéllar Cardona hace más de 32 años, en sus ansias de saber se había inscrito en la carrera de Sociología de la que fuimos parte, éramos compañeros de salón en una generación que teníamos un chingo de ganas pero poco dinero, él ya era periodista en aquellos tiempos y con sus ingresos nos pagaba copias de libros, a veces nos prestaba para los pasajes y casi siempre eran las fiestas en su casa a la que no llevábamos otra cosa que hambre y ganas de convivir, en pocas palabras, era de los que se quitaban la camisa por un buen amigo.

Cuando se concibió El Expreso nos invitó a ser reporteros, “ya está muy amañado el medio, queremos gente nueva para hacer buen periodismo, los vamos a capacitar”, nos dijo, y acudimos aunque no crea que lo hacíamos con mucho gusto, fue más necesidad que otra cosa.

De la relación con Cuéllar siempre he dejado constancia, aquí le dejo un escrito publicado hace 10 años, cuando no ocupaba ningún cargo en el gobierno estatal, ni en ninguna parte:

“Han pasado 20 años que apareció El Expreso, de aquel día que dio frutos el lenguaje seductor de Francisco Cuellar Cardona, Director Editorial del mismo, que nos convenció que ser periodista podría ser una profesión, nos hizo soñar con 12 mil pesos mensuales como salario a un mediano plazo, de un reconocimiento social y un liderazgo que estábamos casi obligados a ejercer, pero sobre todo, nos hizo sentir el servicio a la gente.

“Todo este camino nos llevó a salir de una colonia casi con lágrimas en los ojos al encontrar problemas más terribles de los que cargábamos a cuestas, también a conocer historias fantásticas que en los dedos de Roberto Aguilar tomaban un realismo que hacían vender periódicos, igual aquellas crónicas policiacas de Alfredo Peña con el apoyo de Chon Dosal que pintaban un mundo donde la pasión y los demonios paseaban juntos, sentimos más terrenales los deportes en los escritos de Javier con las estrellas del llano, y conocimos historias dolorosas y de todo tipo por Lupita Álvarez.

“Es a Pancho Cuellar a quien tenemos que agradecer (usted quizá acusar) el estar aquí y a su lado estaba Toño Arratia, también a quien quizá se debe acreditar mucho del éxito de Expreso, El Coyote Víctor Contreras Piña, y Pedro Alfonso García que era el Director, conocedor de periodismo, una de las mejores plumas que he conocido y el capitán de la nave, a todos ellos, muchas gracias”, hasta aquí los recuerdos.

Obvio es, por aquellos mismos años, unos 30 años atrás, conocí a Rosy Rodríguez, su esposa, creo que la amistad con ella ha sido más constante, porque nos enseñó a reportear, nos orientó en el camino, nos cuidaba al grado que por algún tiempo las amistades comunes nos decían en tono de broma cuando nos quedábamos a platicar en la plaza, “aguas que ahí anda la jefastra”.

Igual Rosy siempre fue de una pieza, franca, directa, luchadora por los derechos de la raza, luego se esforzó en la defensa de las mujeres del gremio y ahí permanece.

En noviembre del 2020 Cuéllar nos hizo una llamada al celular, “compadre, échame la mano, ando en un proyecto con el doctor Américo Villarreal”, la respuesta, sin pensarlo, fue afirmativa, “lo que este en mis manos compadre, ya lo sabes”, tiempo después nos hacía otra llamada para ponernos en la línea con el doctor Américo Villarreal, parco él entonces Senador, parco su servidor, cruzamos saludos, deseos de éxito en su proyecto y ambos nos pusimos a la orden en cuestión de minutos.

Pero esa ya es la historia de éxito, el caso es que, para Cuéllar y para Rosy, para ambos, no tengo más que agradecimiento porque nos acompañamos en tiempos difíciles y gloriosos, en lo personal conservó el mismo cariño de siempre a pesar de algunos alejamientos por periodos que la chamba nos dividía, porque fueron más las coincidencias, los abrazos siempre con más gusto que reclamos, por más desencuentros que existieran creo que Cuéllar nos veía como sus hijos en el periodismo.

Viene la historia a colación porque la semana pasada otra vez arreciaron los golpes contra el Coordinador de Comunicación Social del gobierno de Tamaulipas, Francisco Cuéllar, pero ahora en las descalificaciones y calumnias agregaron a su esposa y a sus hijos a quienes acusan prácticamente de trabajar, lo golpean porque uno de ellos llego a tener negocios de restaurantes, así como si estos fueran nuevos, peor aún, como si facturaran al gobierno del Estado, cosa que no sucede porque están en Nuevo León.

Y también le narró todo porque el viernes 6 de noviembre, por cuestiones de chamba, otra vez coincidimos con Francisco Cuéllar, el mismo comentario de hace dos años, “defiéndete cabrón, van a pensar que es cierto todo lo que dicen, ahora que si es cierto móchate para andar iguales”, fueron las primeras palabras hacía su persona, la respuesta, como un deja vu, como dos años antes, fue la misma, “el proyecto es el gobernador, y mira, estuvo en la mañanera con la presidenta y ahora en un evento presidencial como es la reforma electoral, las encuestas dicen que va muy bien, de lo otro ya sabes lo que quieren y no hay con qué, si me duele por mi familia, pero quienes nos conocen ya saben lo que somos”.

Y si, parece que en el proyecto no hay distracciones, Américo sigue recibiendo una alta aprobación, la colaboración y coincidencias con la presidenta está en lo más alto, y sí, le pegan en las redes sociales y de fea manera porque es muy barato hacerlo y se hace hasta en el clandestinaje, con un agregado, quienes lo atacan no andan pensando en Tamaulipas sino en los presupuestos que añoran, y más aún, las redes nunca se van a controlar porque son antigobiernistas, anárquicas, por eso con unos cuantos pesos, que al prófugo y sus amigos les sobran porque se los robaron a los tamaulipecos, quieren hacer creer que todo está mal.

Concretando, los incendios que hay en Tamaulipas solo son en las redes sociales, la mayor parte originados con mentiras, pero son los opositores que le atizan conociendo la percepción que tiene la sociedad de los políticos gracias a lo que hicieron ellos, los que ahora agreden y difaman, pero nada más, el resto marcha, exacto, el proyecto, que es Américo, va bien…

Coloque en el buscador de facebok @CENADeNegros1 y le agradeceré que me regale un Me Gusta, además nos puede seguir en la cuenta de X @gatovaliente y, como siempre, le dejo el correo electrónico a sus órdenes para lo que guste y mande… [email protected]