“Ando bien bruja” dice un viejo dicho y no precisamente porque quien lo diga traiga maldad o hechizos para convertir hasta en sapos a sus enemigos, la expresión popular es en alusión a que no se trae recurso económico, ni un centavo en el bolsillo, que no tienen para pagar los gastos del hogar, ni un peso para gastar.
Y justo así, bien bruja, es como anda la gran mayoría de la gente en este México lindo y querido donde hasta las brujas y entes del mal, en ocasiones, son menos dañinos que muchos políticos que parecen nacidos de las entrañas del infierno.
Lo anterior viene a colación porque hoy, 31 de octubre, es Día de Brujas, y lo que menos se desea es que los demonios anden sueltos, o los malvados políticos hagan más daño al pueblo. Ya bastante se tiene con los sobresaltos y sustos que provocan los legisladores cada que aprueban un nuevo impuesto, una ley con puntos oscuros, que las altas luminarias del poder escatimen recursos para el campo, la salud, la prosperidad y bienestar social.
Los adoradores del mal dicen que el día más importante para los seguidores del maligno es el 31 de octubre porque los poderes oscuros y de brujería se manifiestan convirtiendo todo en una noche de terror que termina en un triste amanecer, ignorantes, no saben que en México casi todo el año son noches de brujas donde el pueblo, gracias a los malos políticos tiene mal despertar.
Ya no se sabe quiénes traen más maldad, si las brujas y demonios o los políticos que son los generadores o auspiciadores de toda la maldad y condenan al pueblo a vivir en el infierno de un país que puede ser el paraíso.
Tal vez si no hubiera tantas brujas y demonios como los Diputados y Senadores, más uno que otro secretario de Estado y gobernantes desobedientes a la voz del pueblo que es la voz de DIOS, pero no la escuchan para hacer de las suyas, los mexicanos tendríamos menos sobresaltos. Dicen que en el pecado se lleva la penitencia, y quizá sí, pues en muchos casos se mal eligió y en otros el voto no se defendió y se permitieron imposiciones.
Pero bueno, la situación es que en México no asusta el Día de Brujas, ya se está acostumbrado con tanto político malvado que, sin hechizos, solo con mala entraña, desaparecen presupuestos y mandan al diablo los derechos, libertades y dignidad de los mexicanos.
Con respecto al origen del Día de Brujas, Halloween, se remonta al festival celta de Samhain hace más de 200 años y ha tenido muchas adaptaciones a lo que hoy se celebra en muchos países.
En Estados Unidos e Inglaterra el 31 de octubre es día de Halloween, parte de sus tradiciones, aunque le dan diferentes connotaciones en cada país, para las historias gringas esa fiesta no es del todo mala, se creía aparecían en el campo los duendes, las hadas y las brujas pidiendo a los pobladores comida y a quien no complacían hacía maldades, originalmente así era, ya después se distorsionó al grado que muchos utilizan la fecha para cometer los peores actos contra la humanidad.
Para los ingleses la tradición de daño o recompensa propia del día de Halloween tiene su origen en la persecución que hicieron los protestantes a los católicos allá por los años de 1500 a 1700 y le daban una connotación más religiosa, aunque se cometieran actos de barbarie, casi satánicos.
Acá en nuestro país, el Halloween no es más que un malinchismo adoptado, sobre todo en los Estados fronterizos que es donde más auge tiene la celebración y que de alguna manera ha desplazado nuestras tradiciones, como la celebración del Día de Muertos con sus altares.
Cierto es que manejado con responsabilidad es divertido Halloween, sobre todo para los chiquitines que esperan el día pasa salir con sus disfraces a pedir golosinas gritando que de lo contrario harán travesuras como religiosamente se dice que hacían los duendecillos en el campo cuando espantaban a las personas para que le dieran comida a cambio de no hacerles maldades.
Otra verdad es que los mexicanos estamos acostumbrados a los sustos, no espanta que llegue el Día de Brujas, lo que aterra son los pactos o acuerdos de los políticos endemoniados en contra del pueblo,
Lo que aterra es que llegue el recibo de energía eléctrica, que cada día la gente se endeuda más porque no le alcanza para pagar sus cuentas, da miedo que cada día el país tiene más pobreza y más indiferencia oficial. Si, a los mexicanos les da lo mismo el 31 de octubre pues todos los días la mayoría de la gente anda bien bruja.
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