Dr. Adán W. Echeverría-García
Patria es un término con el que se desarrollaron las revoluciones y las independencias de algunos países entre finales del siglo XVIII y durante el siglo XIX. No era un tema de los imperios Romano, Persa, Almohade, ni de los reinos medievales, ni tampoco de las civilizaciones prehispánicas, ni de las dinastías asiáticas: china o japonesa. Matria es un término actual que desde algunos feminismos nos permiten darnos cuenta de la relación de la palabra “páter” de la que se origina Patria, para poder entender y hacer hincapié de la relación que nos han hecho intentado olvidar, la de la Madre naturaleza, o la Madre Tierra, si en algún sitio deberíamos de plantar nuestra pertenencia: la Matria, y no la Patria.
Cuando me divorcié por segunda ocasión, justo me decían los compañeros del DIF: “es necesario que su hijo tenga un sitio, que reconozca el nido, a dónde él sienta que pertenece; si su hijo un día vive con uno de ustedes, y otro día vive con el otro, no reconocerá ningún sitio como propio, como suyo, como su hogar, como el sitio al que siempre ha de volver”; fue por ello que decidimos que se quedara en la casa donde había vivido con sus padres, la casa donde su madre que quedó, y yo decidí salirme de la casa y conseguirme otro espacio.
Considerando estos párrafos anteriores, no debemos confundir Patria, un invento de los gobiernos modernos para influir en el pensamiento de sus gobernados y hacerlos: “morir por la patria”, con lo que significa la nacionalidad “el lugar donde nacieron, tuvieron su nido, el lugar de sus tradiciones familiares, el sitio al que siempre habrán de volver”.
En la película Martín (Hache) de 1997, dirigida por Adolfo Aristarain, en una conversación, uno de los personajes dice: “Patria, Patria, mi Patria es donde estoy, donde actualmente vivo”; y tiene toda la razón. La tremenda mini ficción de Luis Felipe Lomelí, “El emigrante” es solo un diálogo que dice:
—¿Olvide usted algo?
—¡Ojalá!
Y eso es todo. Una total contundencia. ¿Qué Patria quiere defender aquel que huye de su país por la violencia que sus gobiernos han permitido? ¿A qué nido quieren volver si desde el nacimiento le han privado de derechos y oportunidades?
“Patria” se vuelve esa cadena que algunos gobiernos te obligan a defender: “Este mexicano se quiere cruzar el río para no pagarnos impuestos, que bueno que trabaje en Gringolandia y que le mande dólares a sus familiares, y de esos dólares que envié le cobramos impuestos.” Y llega un gringo loco anaranjado que reclama: “México se está burlando de nosotros. Que los que trabajen en nuestro país, y quieran mandar dólares a México, nos paguen impuestos también a nosotros por cada dólar que envíen a México”
En esta discusión: ¿a qué gobierno le importa el migrante que huye buscando mejores oportunidades para sobrevivir? ¿Al país que recibe sus dólares que no le dio oportunidad en su propio sitio de nacimiento? ¿Al país donde ahora trabaja que lo discrimina, lo explota, lo persigue, lo insulta; pero que aún con todo le permite ganar más dinero que el país del que tuvo que escapar?
La Patria es un invento para seguir explotando al ciudadano de un país, volviéndolo rehén de un gobierno exclusivamente para cobrarle impuestos. Patria no es sinónimo de Nacionalidad, y mucho menos sinónimo de Hogar; que no te sigan confundiendo, que no te sigan engañando. “Tu Patria es donde estás” como dice el personaje de la película antes referida. No permitas que en ese fanatismo económico se te vaya la vida.
Hoy los políticos anti derechos quieren volver al siglo XIX a hablarnos de: “Patria, Familia y Libertad”, sin entender ninguno de los conceptos. Porque no es la Familia el núcleo de ninguna sociedad, sino el individuo en sí mismo. No caigas en esos fanatismos patrioteros.