Hipódromo Político

por Carlos G. Cortés García

·      Una de las grandes tareas de la administración rectoral del Dr. Dámaso Anaya Alvarado, como líder de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, en lo general, y del Dr. Edy Izaguirre Treviño, en lo particular, en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Victoria, es la incorporación del humanismo en la transformación de la educación profesional, con todo lo que ello implica, pues, que antes que nada, se debe enseñar a los jóvenes a mirar a las personas como personas, lo que se traduce en prácticas docentes que privilegien el diálogo, el análisis crítico y la reflexión ética.

Bajo la dirección del Dr. Edy Izaguirre Treviño, la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Victoria vive un impulso renovado que trabaja intensamente en la formación académica con su raíz más humana. En tiempos en que la técnica y la especialización dominan los planes de estudio, rescatar el humanismo —esa preocupación por la dignidad, la ética y la responsabilidad social— no es un lujo académico sino una urgencia ciudadana. Y entonces formar profesionales y científicos sociales resulta insuficiente si no van acompañados de la sensibilidad necesaria para comprender el sufrimiento, la desigualdad y las historias cotidianas de los ciudadanos y ciudadanas.

El humanismo en la educación profesional implica, pues, que antes que nada, se debe enseñar a los jóvenes a mirar a las personas como personas. Y esto se traduce en prácticas docentes que privilegian el diálogo, el análisis crítico y la reflexión ética: seminarios donde se discuten consecuencias humanas; clínicas y trabajos de campo que exponen a los estudiantes a realidades concretas; y materias transversales que incorporan derechos humanos, filosofía política y teoría crítica. Bajo un liderazgo que promueva estas apuestas, los futuros profesionales desarrollan herramientas para resolver conflictos con justicia, pero también con compasión.

Otra arista central es la vinculación con la comunidad. Una facultad humanista, como lo es la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Victoria, de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, sale de sus aulas para atender problemáticas locales: dan asesoría gratuita, impulsan proyectos comunitarios, apoyan a grupos vulnerables y colaboran con organizaciones civiles, acciones que no solo benefician a la sociedad, sino que educan desde la humildad: el estudiante aprende a escuchar, a reconocer sus límites técnicos y a construir soluciones compartidas, y no meras imposiciones desde la arrogancia profesional.

El rol del cuerpo docente de la FDCSV y del propio Dr. Izaguirre Treviño es clave: liderar con el ejemplo, promover la investigación orientada a la justicia social y apoyar iniciativas estudiantiles que busquen un impacto social real. La gestión académica que prioriza la formación integral —donde la excelencia debe convivir con la sensibilidad civicopolítica— contribuye a recuperar la confianza pública en las instituciones y convierte a la facultad en un semillero de liderazgo ético para la región.

Además, no debemos de perder de vista los grandes desafíos de nuestros tiempos: la presión por indicadores cuantitativos, financiamientos limitados y la tentación de instrumentalizar la enseñanza para el mercado laboral, son obstáculos reales. Sin embargo, precisamente por esos retos, la apuesta por el humanismo adquiere mayor fuerza: es la brújula que orienta decisiones curriculares, criterios de evaluación y alianzas institucionales. Invertir en pedagogías que construyan la empatía y el pensamiento crítico es invertir en una garantía de que la formación profesional sirve para ayudar y proteger a la sociedad a la que se debe servir.

En suma, la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Victoria, guiada por el Dr. Edy Izaguirre Treviño, día a día se consolida como ejemplo regional de formación humanista: profesionales competentes, sí, pero sobre todo comprometidos con la dignidad humana y el bien común, horizonte que exige coherencia entre discurso y práctica, y la convicción de que dotar a los estudiantes de las herramientas necesarias, que les permita enfrentarse a los retos de su tiempo y su formación es, finalmente, educar para la vida.

Y si bien es cierto que en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Victoria hay sólidos programas de estudio, también es cierto que hay ejemplos, buenos ejemplos que forjan futuro. Entre muchos de ellos, me gustaría destacar dos que dan idea de la importancia que tiene la persona para la Facultad, al cumplir nuestra querida Universidad 75 años de formar jóvenes en las diferentes ramas del quehacer profesional.

El primero de ellos se dio hace algunas semanas, cuando se rindió un homenaje solemne al Lic. Francisco Hernández García, primer director y figura central en la creación de la entonces Escuela Libre de Derecho, reconocimiento que contó con la presencia de la planta docente de la Facultad y de sus herederos, quienes escucharon varias remembranzas de lo que representó la figura del Lic. Hernández García. “Recordamos con gratitud a figuras emblemáticas como el Lic. Francisco Hernández García, quien lideró a la institución durante sus primeras etapas y la forjó con sus enseñanzas, sobre todo con su ejemplo, instituyendo un principio rector de pensamiento humanista y social, que son un compromiso inquebrantable en la búsqueda incansable del saber, la verdad y nuestra vocación de servicio”, aseguró el Director de la facultad, Dr. Edy Izaguirre Treviño.

Asimismo, en su mensaje, el Dr. Izaguirre Treviño destacó el respaldo del rector Dr. Dámaso Anaya Alvarado, quien ha reiterado que reconocer la historia y los orígenes de la UAT fortalece la identidad universitaria y da rumbo al futuro académico de la institución, “Verdad, belleza y probidad, viva nuestra Universidad, y viva nuestra querida Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Victoria“, manifestó Izaguirre Treviño.

Este importante evento culminó con la develación de la placa conmemorativa que otorga el nombre del Lic. Francisco Hernández García al Edificio de Dirección de la Facultad.

También, hace algunos días, se rindió un muy sentido homenaje al Dr. Jesús Lavín Santos del Prado, ex Director de la Facultad y ex Rector de la UAT, destacando su contribución a la formación de generaciones de profesionales del Derecho y su influencia en la vida institucional de nuestra universidad. Ahí estuvo presente el Mtro. Jesús Lavín Santos del Prado acompañado por su esposa María Elena Rodríguez de Lavín, así como la menor de sus hijas, Mariana Lavín Rodríguez.

Cabe destacar que el Director de la Facultad, el Dr. Izaguirre Treviño, al hacer uso de la palabra, recordó que “como ex alumno suyo, puedo resaltar la impronta que dejó en el aula y en los auditorios de esta escuela. Es nuestra tarea constante, como directivos, académicos y alumnos, mantener vivos los nombres y las vidas de quienes, con sus enseñanzas y ejemplo, nos permitieron alcanzar una formación profesional libre y crítica”.

El homenaje concluyó con la develación de la placa que oficializa la denominación del Edificio de Derecho como Mtro. Jesús Lavín Santos del Prado, consolidando así un reconocimiento permanente a su invaluable aporte a la formación de juristas y profesionales comprometidos con la sociedad.

Estos dos, sólo estos dos, son algunos ejemplos de los muchos que se viven todos los días en nuestras aulas, en nuestros espacios, y que llevan una impresionante carga emocional, no sólo para quienes vivieron estas dos etapas de la Facultad, sino también para los estudiantes que, en ambos casos, han sido testigos fieles del reconocimiento a ambos educadores a través de los testimonios de quienes hoy forman profesionales, no sólo en el campo del derecho, sino más allá.

Estas actividades humanistas son las que busca impulsar el Rector de nuestra querida UAT, Dámaso Anaya Alvarado, en un modelo que, en el caso de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Victoria, ha entendido bien, muy bien, el Dr. Edy Izaguirre Treviño, con lo cual está consolidando el proceso de transformación de la educación universitaria en la capital de Tamaulipas: formar profesionales de carne y hueso, sensibles y capaces de empatizar con la gente, durante su ejercicio profesional, ejemplos que los llevarán también durante toda su vida.

PD. 1 . Por cierto, y hablando de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, el gobernador Américo Villarreal Anaya recibió la ampliación de la certificación Tipo Inspección Federal, TIF, para la operación del rastro de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, lo que convierte a la UAT en el único centro  universitario de todo el país en contar con este documento que expide el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, Senasica.

En el evento, el mandatario tamaulipeco estuvo acompañado por el rector de la UAT, el MVZ, Dámaso Anaya Alvarado, y dirigentes del sector ganadero en el estado, quienes atestiguaron este importante acto. El gobernador recibió de manos de Leandro David Soriano García, director general de Inocuidad Agroalimentaria, Acuícola y Pesquera del Senasica, el documento que permite la actividad diaria de la sala de corte y deshuese para la especie bovina, cámara de producto terminado, almacén, empaque y andenes de carga y descarga en el rastro ubicado en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, en esta capital, un proyecto largamente acariciado y que hoy, es una realidad, y otro ejemplo más de lo que se hace bien dentro de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, y que beneficia a la sociedad del centro del estado.

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