Tras meses de silencio legislativo y ausencia incluso en el informe del alcalde Alberto Granados, la diputada Elvia Eguía Castillo reapareció en tribuna. Lo hizo con un tema sensible: la clausura de negocios en Matamoros.
Su discurso giró en torno a la necesidad de transparencia en las revisiones de Protección Civil y en la entrega del tabulador de costos a los comerciantes. Enfatizó que no busca evadir la ley, sino dar certidumbre a quienes sostienen la economía local: los pequeños empresarios.
El planteamiento es válido: los negocios requieren reglas claras. Sin embargo, el regreso de Eguía Castillo llega tarde y bajo cuestionamientos. El señalamiento no es menor: ¿voz genuina de los comerciantes o estrategia para recuperar presencia política después de prolongadas ausencias?
Dejenme platicarles, que como muestra un botón de lo que le interesa a la Diputada los matamorenses, esta es una de sus propuestas en el Congreso.
El 29 de octubre del año pasado en el Congreso del Estado Libre y Soberano de Tamaulipas, la Diputada Elvia Eguia Castillo propuso la iniciativa mediante la cual se reforma a la Ley para la Promoción de los Valores y la Cultura de la Legalidad del Estado, con el objetivo de destacar el concepto de humanismo, así como modificar el nombre de la norma para quedar como Ley para la promoción del Humanismo, los Valores y la Cultura de la Legalidad del Estado.
Si, así como lo leyó usted, estás son las propuestas de peso. Ni hablar, juzgue usted.
CLAUSURAS EN MATAMOROS…
Por otro lado, el tema que se toca en los café, en las reuniones de oficina y entre los mismos empresarios, es el de las clausuras a los negocios en Matamoros, este se ha convertido en un tema que divide opiniones y preocupa a la comunidad.
Por una parte, no se puede ignorar de ninguna manera la importancia de que todo establecimiento cumpla con lo que marca la ley: permisos en regla, programas de seguridad, extintores vigentes y personal capacitado etc. Estos requisitos no son un simple trámite, son una garantía de seguridad para empleados y clientes y para evitar una desgracia donde puede haber hasta pérdidas humanas.
Sin embargo, el costo de cerrar un negocio trasciende más allá, cada clausura implica pérdidas económicas, empleos en riesgo y una cadena de afectaciones que golpea directamente a la economía local. Para los pequeños comerciantes, en particular, el impacto puede ser devastador.
A lo anterior se suman las denuncias de comerciantes que perciben falta de claridad o incluso abusos en las revisiones. Cuando la autoridad no comunica con transparencia, la desconfianza se hace presente y se abre un espacio de incertidumbre en el sector empresarial, que fue lo que paso hace unos días en Matamoros Tamaulipas con la clausura de Pizzas Emiliano y la Dulceria Encanto, donde no hubo una claridad en el proceso.
Pablo Reyna reconocido empresario y líder restaurantero, señaló que se necesita más capacitación por parte del personal de Protección Civil, pero también asesoría a quienes cuentan con un negocio establecido, ya que la mayoría de estos específicamente restaurantes, se encuentran en casas habitación que estan muy antiguas, pero mientras no haya claridad en las reglas de operación no se va a poder avanzar.
Es importante hacer mención que el reto está en lograr un punto de equilibrio: garantizar que se cumpla la ley sin que ello represente un castigo desproporcionado para quienes sostienen gran parte de la vida económica de la ciudad. Más que un dilema, se trata de un desafío social que exige diálogo, reglas claras y sensibilidad hacia la realidad de los comerciantes matamorenses.
En el mundo que gira y gira, nada es lo que parece.
Por: Karla Pérez