ANECDOTARIO.
POR JAVIER ROSALES ORTIZ.
Aunque parezca tedioso va de nuevo y, porque no, si se sigue
lastimando la labor de funcionarios, políticos y hasta periodistas,
quienes hace algunos años se enfrentaron con decoro a fuereños
que se creían importados, como si fueran necesarios en ciudad
Victoria, capital de Tamaulipas.
Si hablamos de comunicadores, yo fui uno de ellos, porque un
sujeto publicó mi nombre y el de varios periodistas más, quienes
según él cobrábamos cerca de 100 mil pesos mensuales en un
ayuntamiento, lo que provoco el recelo entre los compañeros,
problemas familiares y la lluvia de cobros de deudas
principalmente en mueblerías.
En aquel entonces, hace muchos años, se checaron los
antecedentes de ese individuo que se decía periodista del montón
y su vida era por demás contaminada porque era un vividor de
partidos políticos y de quien se dejara atrapar en las oficinas o en
las calles.
En aquellos tiempos no había un internet y redes avanzadas como
en la actualidad, pero él se las ingeniaba para sobrevivir y, bien,
denigrando la labor periodista de aquellos que solo por fotografía,
conocía.
El enojo de los afectados fue evidente y un periodista que
supuestamente cobraba no solo 100, sino 150 mil pesos
mensuales, lo responsabilizo de que si algo le pasaba, como un
asalto para despojarlo de esa fantasiosa cantidad por parte de
quienes a eso se dedican, lo iba a pagar con creces, porque lo que
escribió era mentira.
Y yo lo vi con cámara en mano en el Gimnasio de la UAT y me
tomo una fotografía a lo lejos, por lo que descendí rápido por las
escaleras para alcanzarlo, pero corrió y, desapareció.
Meses después alguien me conto que se le vio en un bar de
tercera, un lugar donde asesinaron a una persona en plena puerta
de entrada.
Lo último que se supo de él es que enfrentaba seguido problemas
con los agentes de tránsito y que a su familia le agradaba agredir a
turistas en los lugares bonitos de Tamaulipas, al fin y al cabo que
no era nativo de esta capital.
Y esto va porque ahora con el avance tecnológico el rector de la
Universidad Autónoma de Tamaulipas, Dámaso Anaya Alvarado,
enfrenta una situación similar, ya que en las redes no se agotan de
exhibirlo de mala manera, por lo que ya anunció que va a
interponer una demanda aquí y en el Distrito Federal, para que se
localice a los agresores.
Se basa el rector en que esta situación, esos ataques en su contra
y de su familia, ya alcanzaron resonancia a nivel nacional, por eso
pedirá que se dé con quienes a toda costa quieren manchar su
vida y el trabajo que realiza en bien de la comunidad universitaria.
Creo que el rector se demoró un poco en reaccionar, porque los
ataques no cesan y ahora van en contra de sus colaboradores con
asuntos verdaderamente penosos.
Y hay más, porque en ocasiones las redes también atacan a
personajes como el alcalde de Ciudad Victoria, Eduardo Gattas
Báez, con caricaturas, fotos familiares y acomodadas algunas con
la inteligencia artificial, con la que se hace y deshace lo que se
quiera.
Ambos se desgastan por cumplir con su trabajo, pero como se dice
en el periodismo, una nota o imagen en contra, borra las mil que
se publicaron a su favor.
Igual que ellos, otros sufren del mismo dolor, por eso una
demanda que va en serio.
Inmovilizara a, los barbajanes.
Correo electrónico: técnico.lobo1 gmail.com