La Comuna
José Ángel Solorio Martínez
Es muy posible, que nuestra clase política, tarde años en aprender lo que significa la sensibilidad social y la empatía en el ejercicio de gobierno. La IV T y su Segundo Piso, se ha esforzado por diferenciarse de las formas de autoridad que imprimieron en el pasado frivolidad, superficialidad, cinismo y clasismo.
Al parecer, no ha permeado eficientemente –el despliegue en la nueva política– en múltiples municipios.
Uno de ellos, es Tampico.
Aún hoy, el puerto tiene zonas –como el Cascajal , Morelos, Moscú y colonias contiguas– que están inundadas o resienten todavía los efectos de las desbordadas aguas del río Pánuco.
Cientos de familias viven con el Jesús en la boca: no saben y no encuentran soluciones para recomponer la destrucción de parte de su patrimonio.
Su contraparte, la alcaldesa Mónica Villarreal Anaya, insensiblemente como si nada ocurriera inaugura torneos de tenis y asiste como si gozara tiempos de normalidad, a eventos artísticos del Festival de la Costa del Seno Mexicano que promueve el gobierno estatal y algunos torneos deportivos.
Para hacer más grave la conducta de la jefa edilicia, su aparato de Comunicación Social publicita material fotográfico que atestigua su presencia en esos espectáculos.
¿En ese ambiente de desesperación social, cómo leerán esas promociones de la presidenta municipal los afectados por el desastre?
¿Qué efectos tendrá en la opinión pública la exhibición inhumana de Villarreal Anaya?
¿MORENA seguirá manteniendo su influencia y su poder con esas formas de gobierno en el Puerto?
El PAN, no se mueve.
No lo necesita.
Le están cayendo votos del cielo; y no es metáfora: las lluvias y las pifias de MORENA al frente del Ayuntamiento, están llevando inesperados consensos ciudadanos a las alforjas del panismo tampiqueño.
De otra forma: Mónica, con sus actitudes, le está proporcionando una fortaleza que aparentemente había sido erosionada por la derrota de hace un año a los opositores de la IV T y su Segundo Piso.
Otra lectura: parecería que, a la presidenta municipal, le fascinan las manifestaciones culturales de oropel, fifís. Cambiar el foco de atención de los problemas sociales por el aplauso a fenómenos culturales de poca monta, insustanciales, la pintan de cuerpo y espíritu enteros.
Se nota: es más de derecha, que los mismos panistas.
Los chubascos en Tampico no sólo provocaron daños a los ciudadanos; también, sofocó y amaga con asfixiar la carrera política de Mónica y cancelar la posibilidad de MORENA de retener una de las ciudades más relevantes del estado.
Chucho Nader, no se mueve; sabe que el triunfo, –aunque parezca paradójico– se lo está delineando Villarreal Anaya.