Columna Rosa, sólo para Mujeres.
Por: Lic. Bárbara Lera Castellanos.
El Gobierno de Tamaulipas ha consolidado su sello de administración humanista a través de políticas públicas centradas en la inclusión, la equidad y el bienestar de las personas. Dos de las instituciones más representativas de esta visión —el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF Tamaulipas) y la Secretaría de Bienestar Social del Estado— trabajan de manera coordinada para ampliar las oportunidades de desarrollo de mujeres, niñas, jóvenes y grupos vulnerables en todos los municipios.
Ambas dependencias ejecutan programas que priorizan la atención directa, la inclusión social y la reducción de desigualdades.
Desde el inicio de la actual administración estatal, el DIF Tamaulipas ha asumido un papel activo en la reconstrucción del tejido social con políticas orientadas a fortalecer a las familias, proteger los derechos de la infancia y brindar apoyo integral a mujeres en situación de vulnerabilidad.
Su trabajo ha sido clave en el impulso de programas comunitarios, la instalación de centros de atención integral y la iniciativa denominada “Mujer Tam”, enfocada en el empoderamiento económico, psicológico y social de las tamaulipecas.
Uno de los ejes del DIF estatal es la creación de entornos seguros y equitativos para las mujeres.
A través de los Centros de Atención a la Mujer, se ofrecen servicios de asesoría jurídica, apoyo psicológico y acompañamiento en casos de violencia familiar.
Además, se impulsa la capacitación para el autoempleo y la reinserción laboral, con especial atención a jefas de familia, madres adolescentes y mujeres rurales.
El objetivo es ofrecer apoyo no solo asistencial, sino también formativo, generando condiciones para la autonomía económica y el ejercicio pleno de sus derechos.
En paralelo, la Secretaría de Bienestar Social se ha convertido en el brazo operativo del humanismo gubernamental en Tamaulipas.
Su labor se orienta a promover la justicia social y la igualdad de oportunidades mediante programas dirigidos a la juventud, comunidades marginadas y personas con discapacidad.
El gobierno estatal ha adoptado una visión en la que el bienestar no se concibe solo como asistencia, sino como una política de transformación social basada en el respeto a la dignidad humana.
Entre las acciones destacadas se encuentra el fortalecimiento del programa “Juventudes Tam”, mediante el cual se crean espacios de participación, aprendizaje y liderazgo para jóvenes tamaulipecos.
Con cursos, ferias de empleo, actividades deportivas y proyectos de emprendimiento social, el programa busca canalizar el talento y la creatividad de las nuevas generaciones hacia el desarrollo sustentable y la cohesión comunitaria.
En varios municipios se han abierto Casas de la Juventud, donde los jóvenes reciben orientación vocacional, asesoría en salud mental y alternativas de desarrollo cultural y tecnológico.
El compromiso del gobierno estatal se refleja también en la integración de políticas transversales de igualdad de género y juventud en las estrategias de desarrollo regional.
En coordinación con instituciones federales y organismos civiles, se promueve un modelo de bienestar incluyente que atiende las particularidades de cada comunidad.
Desde la población indígena hasta los jóvenes urbanos, cada grupo recibe atención diferenciada para garantizar su acceso equitativo a los derechos sociales y a las oportunidades de progreso.
El sello humanista del Gobierno de Tamaulipas se plasma en la prioridad a la sensibilidad social sobre la gestión administrativa.
Las acciones del DIF y la Secretaría de Bienestar no se limitan al otorgamiento de apoyos económicos o alimentarios, sino que buscan generar esperanza, confianza y justicia social. El enfoque está centrado en el respeto, la empatía y la solidaridad como valores rectores del servicio público.
Asimismo, el gobierno promueve campañas permanentes de concientización sobre igualdad de género, prevención de violencia y participación juvenil, con el propósito de construir una sociedad más justa y participativa.
Estas políticas se acompañan de una comunicación cercana con la ciudadanía, facilitando que los programas sociales lleguen de manera directa a quienes más los necesitan.
Hoy, Tamaulipas avanza hacia una administración pública más humana y participativa, que entiende el bienestar como un derecho y no como un privilegio.
En ese sentido, las acciones del DIF y la Secretaría del Bienestar son reflejo de una nueva cultura gubernamental: una que concibe a las mujeres y las juventudes no como sectores asistidos, sino como protagonistas del cambio social y pilares del desarrollo sostenible del estado.