#DESDELAFRONTERA
POR #PEDRONATIVIDAD
En Nuevo Laredo, la solidaridad no se improvisa. Es una virtud que forma parte del ADN de su gente, forjada entre el trabajo, el esfuerzo y la empatía hacia quienes enfrentan la adversidad. Hoy, esa esencia vuelve a manifestarse, pero con un tinte especialmente emotivo, el apoyo que desde esta frontera se está enviando a los hermanos veracruzanos que viven momentos difíciles por las devastadoras inundaciones.
Lo que pocos mencionan, pero todos saben, es que un gran porcentaje de la población neolaredense tiene raíces veracruzanas. Son miles de hombres y mujeres que, en su momento, emigraron desde municipios del norte y del sur del estado en busca de mejores oportunidades. Aquí encontraron trabajo, prosperidad, una nueva casa y, sobre todo, crearon familias. Sin embargo, el corazón, ese que no entiende de distancias ni fronteras, sigue latiendo allá, en las tierras del Golfo, donde hoy la lluvia trajo consigo angustia y pérdida.
Por eso no sorprende que la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas haya reaccionado con tanta sensibilidad ante la tragedia. Porque al final, cuando gobierna Nuevo Laredo, también gobierna a miles de veracruzanos que contribuyen todos los días al desarrollo de esta ciudad. Incluso muchos de ellos forman parte de su propio gobierno. Sabe que detrás de cada rostro veracruzano hay historias de esfuerzo, pero también de añoranza por los familiares que aún permanecen allá, en comunidades hoy golpeadas por el agua y el lodo.
La colecta impulsada por el Gobierno de Carmen Lilia ha despertado una ola de solidaridad que vuelve a confirmar que en esta frontera la empatía no se divide por estados ni por regiones. Familias, empresas, asociaciones civiles y dependencias públicas se han unido bajo un mismo propósito, enviar ayuda, esperanza y cariño a quienes hoy más lo necesitan.
“La solidaridad no tiene fronteras”, dijo la alcaldesa al anunciar la ampliación de la colecta hasta el 13 de octubre. Y tiene razón. Porque cuando un pueblo como el neolaredense se une, demuestra que su grandeza no está solo en su economía ni en su desarrollo, sino en su corazón.
Hoy, Nuevo Laredo vuelve a tender la mano. Y en cada caja de víveres, en cada botella de agua o en cada cobija que se dona, viaja también un mensaje poderoso, que los veracruzanos no están solos, que sus paisanos del norte están con ellos, hombro a hombro, como una sola familia mexicana. Que Veracruz late en Nuevo Laredo.
LAS MUJERES DE TAMAULIPAS
En la nueva era de la política social mexicana, el rostro del bienestar tiene nombre de mujer. Y en Tamaulipas, ese rostro se refleja en miles de historias de esfuerzo, de trabajo silencioso, de amor multiplicado en los hogares. El gobernador Américo Villarreal Anaya lo entendió bien desde el primer día de su mandato, el bienestar no se construye solo con infraestructura o cifras, sino con justicia social, y en ese sentido, las mujeres son el pilar más firme de la transformación.
El fin de semana, el mandatario estatal refrendó el mensaje de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo al entregar las tarjetas de la “Pensión Mujeres Bienestar”, un programa que llega como un acto de reconocimiento a las tamaulipecas que han dedicado su vida al cuidado de los suyos. En Tamaulipas serán 93 mil las beneficiarias, mujeres de entre 60 y 64 años, que antes de alcanzar la pensión de adulto mayor, hoy reciben un respaldo directo por su invaluable contribución al tejido familiar y social.
No se trata solo de un apoyo económico, sino de un mensaje político y humano, el Estado reconoce el trabajo no remunerado de las mujeres. Esa labor diaria que históricamente no se contabilizaba, pero sin la cual el país no podría sostenerse.
Américo Villarreal aprovechó este acto para subrayar otro logro que también tiene rostro social, entre 2022 y 2024, más de 242 mil tamaulipecas y tamaulipecos salieron de la pobreza, la reducción más significativa en la historia del estado. Son resultados que no surgen de la casualidad, sino de una estrategia que prioriza la atención directa, la inversión en la gente y la coordinación con el Gobierno Federal.
La presidenta Claudia Sheinbaum lo reafirmó en su gira de rendición de cuentas por las 32 entidades, los programas sociales no son dádivas, son derechos conquistados. En Tamaulipas, esa política se traduce en una inversión sin precedentes de 22 mil 582 millones de pesos, que este año benefician a más de un millón cien mil personas… ¿Qué, no?… NOS LEEMOS.
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