LOS HECHOS
POR José Inés Figueroa Vitela
Camino de San Nicolás, en San Carlos, el Gobernador AMÉRICO VILLARREAL
ANAYA y su esposa, la doctora MARÍA, hicieron una escala para visitar la vieja
casona del tío, el doctor y abuelo del Rector, DÁMASO ANAYA.
El Mandatario estatal recorrió los patios de la finca convertida en Casa de Cultura,
seguramente recordando las correrías que en alguna parte de su vida tuvo por esos
lugares, que se volvieron destino de paseos y temporadas vacacionales.
Ahí se recuerda también al inmortal Califa, caballo veloz que jamás perdió una
carrera, pero “una noche de luna, de su corral se salió, muerto cayó en la ladera del
rancho donde nació”, canta el corrido.
Fueron, el doctor y la doctora, a llevar apoyos a los habitantes del municipio más
pequeño, poblacionalmente hablando, con las brigadas Transformando Familias, que
recorren la geografía estatal, bajo los auspicios del sistema DIF Tamaulipas.
“Nos encontramos en el municipio de San Nicolás, con el compromiso firme de
seguir construyendo un Tamaulipas más justo, solidario y humano”, publicó en sus
redes sociales, tocando los puntos más trascendentes de su personalidad y gestión,
identificada como “el nuevo humanismo mexicano”.
Que así siga, le pidieron los cibernautas.
Las series de temporada en las plataformas televisivas, dedicadas a la “desaparición
del PRI” y la corrupción del mismo, de la mano de la presunta historia de
FERNANDO GUTIÉRREZ BARRIOS, se hermanan en la pretendida intención de la
derecha por regresar a la ruta del poder público.
Reinstaurar al bipartidismo del siglo pasado, instaládonse como única opción frente
al partido gobernante, MORENA, parece la intención de quienes ahora se ubican tras
el Partido Acción Nacional, buscando la reivindicación de sus viejos privilegios.
Eso es lo que se ve de la escena política nacional; en el aquí y ahora provincial, lo
doméstico aparece más ordinario, sencillo, cuasi rupestre.
En el PAN otra vez las alianzas perversas, delincuenciales, anodinas, se impusieron
para quedar en los mismos términos de la estructura, con sus tutelas y potestades, que
le subieron las cúspides y regresaron al piso y más abajo del poder público estatal.
Ya se había advertido que en la puja por la dirigencia estatal del partido, jugaba el
exgobernador prófugo con más de una propuesta, en la idea de prolongar el control
del instituto político.
Las asambleas municipales y la estatal, confirmaron tales especies.
Cuando todo mundo, afuera, pensaba que la condición de antagónico de JOSÉ
JULIÁN SACRAMENTO la había retomado el exalcalde tampiqueño CHUCHO
NADER, resultó que, en la primera contienda interna, la municipal, jugó precisamente
de la mano del catecismo.
En la elección de las propuestas a consejeros municipales, si bien “manito”
ISMAEL no pudo sacar la propuesta de Reynosa, teniendo que irse a Bustamante por
el apoyo, para la elección estatal ya tenían “trabajados” los votos de los delegados.
Ahora dejan correr la voz de que entre ISMAEL y el diputado local GERARDO
PEÑA FLORES se disputan el mérito de haber obtenido el mayor número de votos en
la asamblea estatal partidista, como si se tratara de bandos dinásticos y fueran tres
raíces distintas, y otra cosa lo que quisieran “zumbarse”.
El cuadro lo redondea el “tercer votado” de los Consejeros estatales; el exalcalde
ENRIQUE RIVAS CUÉLLAR no pudo concluir su trienio, cuando entró en
diferendos por el saqueo de los fideicomisos de Nuevo Laredo con los CABEZA DE
VACA, que lo hicieron perder como candidato a diputado, impidiéndole la
reinstalación.
Los resabios del pasado se superaron en las mismas complicidades características
de esas sociedades perversas.
Y todo eso no pasa de lo anecdótico para los testigos externos, especialmente
aquellos a quienes han adoptado como sus adversarios políticos pues, al final del día,
la prolongación de estado putrefacto azul, al único que perjudica es a su instituto
político.
Ya no se puede ni extender alguna condolencia por las viejas militancias a las que
caracterizó un ideario y un código, hace mucho superados; la condescendencia con la
que permitieron el desplazamiento y el asalto de sus estructuras no merecen otra cosa.
Serán testigos de la constante descendente en el acceso a simpatizantes y espacios
de ejercicio del poder público.
Compartirán con ellos las miserias que les caracterizan.