Columna Opinión Económica y Universitaria.

Dr. Jorge A. Lera Mejía.

La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), en su aniversario, enfrenta un reto crucial: habiendo consolidado su matrícula y certificado la mayor parte de sus programas académicos, ahora debe enfocar sus esfuerzos en mejorar la relación de egresados/titulados y titulados/ocupados, frente al desafío de baja contratación formal y remunerada en la región.

Además, la universidad está llamada a fomentar una auténtica cultura emprendedora como respuesta a la baja proporción de egresados que se convierten en dueños de negocios, clave para el desarrollo sostenible y diferenciado que demandan Tamaulipas y sus 43 municipios.

En los últimos años, la UAT ha certificado la mayor parte de sus programas académicos y alcanzado un incremento de matrícula que supera los 42,500 alumnos, consolidándose como la máxima casa de estudios del estado.

Sin embargo, el desafío actual va más allá de la cobertura: es necesario fortalecer la relación de egresados que completan su titulación y, más aún, la proporción de titulados que logran insertarse en empleos formales, bien remunerados y estables, lo cual tiene un impacto directo en el desarrollo regional y estatal.

El contexto laboral en Tamaulipas refleja una baja contratación formal, lo que dificulta que la UAT pueda garantizar la inserción de sus egresados en empleos acordes a su formación profesional.

La relación titulados/ocupados debe elevarse de la mano de estrategias integrales que vinculen los programas universitarios con el entorno productivo y la agenda de desarrollo estatal, estableciendo alianzas con sectores empresariales y gubernamentales para identificar necesidades y oportunidades concretas.

La UAT debe transitar de una lógica que prioriza la capacitación para el empleo hacia un modelo que fomente “aprender a emprender”.

Esto implica formar estudiantes con mentalidad emprendedora, pensamiento crítico y capacidad de identificar oportunidades comerciales o sociales propias, incidiendo en el aumento de egresados que se convierten en propietarios de sus propios negocios. Un proyecto de emprendimiento universitario robusto contribuye a la autosuficiencia regional, genera empleos y potencializa el desarrollo económico inclusivo.

El verdadero paradigma universitario se alcanza cuando la UAT educa no sólo para el conocimiento ni únicamente para la “mano de obra”, sino para el empleo de la “mente de obra”. Esto significa formar individuos capaces de proponer, innovar, liderar empresas y proyectos, y aportar soluciones diferenciadas a los grandes retos que enfrenta Tamaulipas.

Así se transita de una universidad que oferta programas, a una que impulsa empresarios y líderes con visión de futuro, capaces de estabilizar y dinamizar el desarrollo económico y social del estado y de sus municipios desiguales.

La UAT, al educar para el empleo de mente de obra, impulsa la formación de «capital humano» capaz de innovar, liderar empresas y desarrollar proyectos visionarios.

Este enfoque fortalece la autosuficiencia regional y permite a la universidad aportar líderes y emprendedores que generan desarrollo económico y social sostenible en Tamaulipas y sus 43 municipios.

Cuando la UAT impulse con decisión capital humano, mente de obra y emprendedurismo, dejará atrás la vieja imagen de ser una «universidad fabricante de desempleados» para convertirse en «semillero de líderes y agentes de cambio que transforman Tamaulipas»…