Expediente
Azahel Jaramillo H.
¿Cómo están lectores de fin de semana de esta columna? Hoy contaré parte de ese viaje en carro, saliendo de Tampico-Madero, que en tiempos de escuela preparatoria hice con mi hermana Irma, su esposo arquitecto Antonio y sus –entonces niños—cuatro hijos, a las zonas arqueologicas de Tajín y Cempoala (Veracruz), Monte Albán (Oaxaca), y Teotihuacán (Estado de México).
Ahora creo que en mucho ese viaje por dichas zonas arquelogicas se debió al perfil de arquitecto de mi cuñado Antonio, egresado con esa profesión de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Hoy toca la vivencia en Monte Albán. Este recuerdo es del inicio de los años 80tas. A pocos minutos de la ciudad de Oaxaca se encuentra Monte Albán. Diariamente Monte Albán, cuidada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH ), es visitada por cientos de turistas mexicanos y extranjeros.
De entre anotaciones que entonces hice a modo de Diario personal, le diré que al estar en esa zona arqueologica tuve la sensación de hallarme en otro mundo. Fascinado, al ver las escalinatas donde hace cientos de años ascendieron personas de una raza muy distinta a la nuestra, con otro idioma, otra religión y otra cultura.
En un momento dado fascionado, me había apartado de mis parientes. Me topé con un monticulo que tenía en su base una entrada a un túnel. Frente a la entrada del referido tunel, en un momento dado coincidimos unas 12, 14 personas. Nos aventuramos a entrar… y entonces aquel tunel se volvió a medida que avanzábamos más y más estrecho, hasta que hubo que andar en cuclillas y con poca luz solar.
Cuando los que integrábamos esa pequeña caravana quisimos retroceder, de improviso alguien prendió un encendedor y ya con esa poca luz seguimos avanzando. De pronto empézó a hacerse la luz, y ya no hubo necesidad de ese encendedor. Llegamos a una especie de callejón sin salida,en cuyas paredes, sin techo, estaban esculpidos en bajo relieve personajes danzando.
Para salir de ese callejón «sin salida» sólo había dos opciones: regresar por el tunel o saltar una de las paredes, de aproximadamente 1.60 de altura.
Iba yo casi al final de la columna, seguido por un silencioso niño de aproximadamente 9 años de edad.
Todos los miembros de la columna preferimos la segunda opción, saltar la barda: salté al último, y que dejé que saltara antes aquel niño. Pero luego de saltar cayó mal y haciendo muecas dolorosas gritaba: «¡Mother!, mother!»
Salté para ayudarlo, pues las demás personas se habían ya alejado. «¿Wath is your name?» inquirí. «Henry», contestó al tiempo que se acercaba una joven señora, norteamericana, supongo.
4 AÑOS DE RESULTADOS: EDUARDO GATTAS
Pues ahí tienen que ya empezaron este viernes a circular las invitaciones para el informe del presidente municipal Eduardo Abraham Gattás Báez. Invitaciones, claro en color magenta, en color guindo, que es el color de la Cuarta Transformación.
«4 años de resultados», deja en claro la invitación. El evento será este lunes 29 de septiembre a las 18:00 horas en Presidencia Municipal, en el palacio del 17 Hidalgo. Se pide vestimenta formal.
(NOS VEMOS).
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