El Patinadero

Juan Antonio Montoya Báez

Ocupaba una pequeña oficinita del IPSSET, donde sus propios compañeros se compadecían y algunos hasta lástima les daba.

Entre el polvo y moho marchaba su vida, su salud se ponía en riesgo por la contaminación, pero poco le importaba, era feliz en la cueva del roedor.

Muchos decían que ahí roía sus alimentos, con su mirada vivaracha, regordete, singular devoraba flautas y gorditas; provocaba diversos comentarios, pero sin capacidad de ascender por su evidente pequeñez.

Pero, tenía una gran ventaja, le caía bien a su jefa, la cual se divertía horrores con los comentarios, actitud desfachatada y sus malos chistes.

Experto en la lisonja fácil, en ser más que servil y atento, era un tapete comodino, se supó ganar la confianza de su superior, por lo que la vida da muchas vueltas, cuando su jefa fue favorecida por los cambios repentinos en la administración pública.

Se registró la salida de la Secretaria de Finanzas, ADRIANA LOZANO, la ex diputada federal de Matamoros en medio de una terrible grilla en Palacio, donde se le acusaba de diversos actos irregulares en el ejercicio de sus funciones. Lo cierto es que no le pudieron probar nada.

Otros aseguran que su caída en la administración se originó por una mala repartición de las ganancias de los oscuros negocios del contrabando y huachicol, pero nadie puede probarle nada, después de todo lo que se robó no son recursos públicos, pero no por ello deja de serle un negocio ajeno e ilícito.

En su relevo arribó JESÚS LAVÍN VERÁSTEGUI, quien tuvo el poder y capacidad de acomodar a LUISA MANATOU GALVÁN, quien al sentarse en ese trono empezó a mover las fichas a su antojo.

De ahí es que decidió a realizar cambios en diversas dependencias, todo a su gusto y medida, como fue nombrar directores administrativos.

Sin embargo, creyó conveniente mover a uno de los suyos a la Dirección de Compras, recordó aquel ratón de oficina

En esa área sólo hay una forma de llegar y es con el visto bueno de mandos superiores, pero encontró una solución a su problema.

Decidió enviar a ese ratón de oficina a la Dirección de Compras, se trata de JUAN DIEGO GUADALUPE ALEMÁN PUGA, quien tomó el control de la dependencia a pesar de no ser el Director General.

Desde ahí se convirtió en el personaje de las grandes maromas, sus audacias sorprenden, al grado que presume estar por encima hasta del director de compras, PORFIRIO GONZÁLEZ, por lo que los contratos de compra deben pasar por su escritorio.

Desde esa posición se ganó a pulso el mote del “rey del moche”, con la facultad para hacer y deshacer a su conveniencia.

En la Secretaria de Administración empezaron a llegar reportes de sus tratos peculiares

Ya no es un secreto en la Secretaria de Administración sus tratos poco claros con proveedores de aires acondicionados, por ejemplo.

JUAN DIEGO podría ser solamente un tipo vivaracho que aprovecha de su fama de ser muy amigo de la LUISA MANATOU, quien lo sacó de un cuartucho de cuarta del IPSSET o de plano es un asunto de complicidad.

Por lo pronto, JUAN DIEGO opera a través de su “auxiliar” MIGUEL ÁNGEL ANAYA RAMÍREZ, donde ya tienen marcados sus favoritos, como una empresa llamada Castor Hogar, Seguvic, ANTHÓN y MARÍA CRISTINA, manejan el equipo de cómputo y JULIO CÉSAR es el favorito de la fumigación.

Las lisonjas se recuerdan, las complicidades se pagan, el rey del moche hace de las suyas en la Bicentenario. Es la historia de la 4T, donde llegan con hambre y una evidente incapacidad.

Bueno, por hoy es todo.

Adiós y aguas con los patinazos…

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