Por: José Medina

Ciudad Victoria.- Diputada de Matamoros propuso una acción legislativa para presentar una iniciativa de Punto de Acuerdo a efecto de que la Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión declare el 03 de noviembre como «Día Nacional de la Tanatología y de las y los Tanatólogos».

Se pretende con la acción legislativa que el 3 de noviembre sea el «Día Nacional de la Tanatología y de las y los Tanatólogos», sumando esta fecha al calendario nacional como símbolo de empatía,acompañamiento y transformación.

  1. Promover el respeto, visibilidad y valoración social hacia la labor
    tanatológica.
  2. Fomentar la formación académica, científica y profesional en
    tanatología.
  3. Impulsar políticas públicas que integren el acompañamiento
    tanatológico como parte esencial del sistema nacional de salud.

La finalidad es honrar al tanatólogo, que implícitamente es, también, abrazar a quienes transitan por una pérdida. Porque reconocer esta fecha es dignificar una tarea que toca el alma y sostiene a la vida en ñ desus umbrales más frágiles.

En su exposición de motivos precisó que la tanatología es mucho más que una ciencia: es un acto de presencia.

Quienes ejercen el arte de acompañar con el corazón los
procesos de duelo, enfermedad, separación y muerte con un
compromiso que no siempre tiene nombre ni día que lo celebre.

«Pero su impacto transforma. Su presencia consuela. Y su vocación construye puentes entre el dolor y la esperanza. La tanatología busca garantizar que las personas puedan vivir sus últimos momentos con dignidad, paz y aceptación. La atención tanatológica puede ser considerada parte de los servicios de salud que deben ser accesibles para todos, incluyendo enfermos
terminales y sus familias.

La tanatología acompaña a las personas en el proceso de morir,
ayudándoles a tomar decisiones informadas y a vivir este proceso con la mayor calidad de vida posible. Durante la pandemia de COVID-19, fueron cientos los profesionales
que ofrecieron acompañamiento tanatológico desde la virtualidad, sin horarios ni remuneración, simplemente porque sabían que nadie debía vivir el duelo en soledad. En hospitales, funerarias, escuelas y comunidades, la tanatología se convirtió en un faro de humanidad cuando el mundo entero se oscureció», indicó.

Explicó Elvia Eguía Castillo diputada local en Tamaulipas que de este análisis, se desprenden los siguientes principios y derechos
fundamentales:
El respeto a la dignidad humana:
El derecho a la salud:
El derecho a una muerte digna:

«Y habiendo expuesto los argumentos anteriores, existe un
reconocimiento implícito de uno de los temas en materia de salud y
del bienestar humano es: La Tanotología Hablar de tanatología es hablar del alma humana frente a su momento más vulnerable: la pérdida. Es hablar de quienes extienden la mano en medio del dolor, de quienes sostienen el silencio, el llanto, la despedida. Es reconocer una labor invisible, pero esencial.

Una labor profundamente humana que ha estado entre nosotros desde siempre, pero que aún no ha sido plenamente reconocida como merece».

Por su parte, la Ley General de Salud contempla un Título Octavo Bis denominado De los Cuidados Paliativos a los Enfermos en Situación Terminal, cuyos objetivos son Salvaguardar la dignidad de los enfermos en situación terminal, para garantizar una vida de calidad a través de los cuidados y atenciones médicas, necesarios para ello y a garantizar una muerte natural en condiciones dignas a los enfermos en situación terminal, la misma Ley General de Salud, además, prevé los siguientes derechos: Recibir atención médica integral; los pacientes podrán dar su consentimiento informado por escrito para la aplicación o no de tratamientos, medicamentos y cuidados paliativos adecuados a su enfermedad, necesidades y calidad de vida; así como
a recibir los servicios espirituales, cuando lo solicite él, su familia,
representante legal o persona de su confianza, entre otros derechos.