Por: Luis Enrique Arreola Vidal.

El espejismo de la 4T.

La llamada Cuarta Transformación llegó con la promesa de enterrar los vicios del viejo régimen.

El discurso era claro: no más corrupción, no más privilegios, no más complicidades. Sin embargo, la realidad que hoy se impone es otra: patrimonios inflados, financiamientos oscuros y una maquinaria política que perfecciona lo peor del PRI de antaño con el manual del poder absoluto.

Mario Delgado: de austero a millonario en Paseo de la Reforma.

El caso de Mario Delgado no es un error contable, es un retrato de la impunidad selectiva.

Declarar un departamento en 1.5 millones de pesos cuando el valor real es de 15 millones no es “un error de captura”, es una burla al ciudadano.

Y más aún cuando la hipoteca de 4 millones se liquida en un mes, como si el sueldo de funcionario y dirigente partidista fuera fuente mágica de generación de riqueza.

No hablamos de percepciones, sino de cifras que no cuadran: ingresos insuficientes para sostener un patrimonio inmobiliario de más de 17 millones en apenas dos años.

Y aun así, el hombre que dirige la educación del país insiste en el discurso de austeridad. La contradicción es grotesca.

Tamaulipas: el laboratorio del huachicol político.

En Tamaulipas, el fantasma del huachicol sigue financiando la política. Los hermanos Carmona Angulo —señalados por operar el robo de combustibles— no eran simples empresarios de Reynosa: fueron el oxígeno clandestino de campañas morenistas.

Erasmo González, alcalde de Ciudad Madero, es nombrado una y otra vez como el intermediario.

Y aunque él lo niega, las sombras son persistentes.

La ejecución de un fiscal en Reynosa tras un decomiso de casi dos millones de litros de gasolina no fue un hecho aislado: fue un mensaje.

La política y el crimen organizado se tocan en la frontera, y en ese cruce Morena aparece con demasiada frecuencia como beneficiario.

Tan es así que la Unión Europea canceló visas a funcionarios morenistas por presuntos vínculos con el crimen.

Y desde Washington, la Casa Blanca acusa sin matices: el “obradorato” pacta con los cárteles.

El partido más opaco de México.

Morena presume ser “el partido del pueblo”, pero las cifras lo desmienten.

Es el más sancionado por negarse a rendir cuentas: concentra más del 40% de las quejas por opacidad en el INAI, acumula 36 multas del INE y más de 100 denuncias por incumplir la transparencia.

El cinismo es total: pretextar virus informáticos para ocultar contratos, reservar información de oficinas de Delgado por “riesgo a la integridad” y pasar de 2,719 contratos publicados en 2023 a cero en 2024. Lo que no se quiere mostrar, es precisamente lo que debería conocerse.

Tamaulipas y el maquillaje institucional.

La creación de una Secretaría de Anticorrupción y Buen Gobierno en el estado es un acto de cosmética política. Se corta el cabello al monstruo, pero no se le arranca la cabeza.

Reestructurar para “optimizar recursos” sin tocar la corrupción estructural es otra farsa burocrática. En paralelo, se denuncian desvíos para financiar campañas. La simulación es evidente.

Lujo, austeridad y la doble moral.

Mario Delgado no es el único. Diana Karina Barreras presume prendas de lujo valuadas en 9 millones. Sergio Gutiérrez Luna colecciona un guardarropa de 4 millones y omite propiedades. Y Andrés Manuel López Beltrán —el hijo del presidente— viaja a Japón en primera clase sin explicación financiera clara. Austeridad para el pueblo, lujo para la élite.

¿Transformación o dictadura moderna?

La 4T se vende como el fin del régimen corrupto, pero los hechos apuntan a su mutación. Mario Delgado y su patrimonio inexplicable, los Carmona financiando campañas desde el huachicol, la opacidad sistemática de Morena y la complicidad institucional en Tamaulipas dibujan un escenario inquietante: el de un partido que perfecciona las viejas prácticas con un ropaje de moralidad.

Zedillo lo advirtió: Morena es el PRI recargado. La diferencia es que ahora el maquillaje se llama “transformación”. Pero la pregunta es inevitable: ¿estamos frente a un cambio real o a la construcción de una dictadura perfecta modernizada?

El tiempo dirá. Pero hoy, los vínculos explosivos entre huachicol, millones y sombras en Tamaulipas ya dejaron claro que el discurso de la 4T se está quedando en retórica… y la rendición de cuentas, otra vez, en el olvido.