DESDE ESTA ESQUINA.
MELITON GUEVARA CASTILLO.


Recibí la invitación de Andrea García para asistir a la presentación de una convocatoria:
Hip Hop por la Paz. Asistí por curiosidad, puesto que no sabia ni que era el hip hop.
Gratamente sorprendido, por la explicación de la convocatoria: el hip hop “es una
herramienta poderosa para sanar comunidades y construir paz en medio de la violencia y la
desigualdad que viven tantos territorios de México”. Y mas me sorprendió la explicación:
“El rap, el freestyle y el grafiti no solo denuncian: también construyen, unen y devuelven la
esperanza. Porque la paz no es solo la ausencia de violencia, es la posibilidad de vivir con
derechos, con respeto y con oportunidades”.
Como no sabia que era el hip hop busque en internet y me dice: es una cultura urbana que
surgió a finales de la década de 1970 en el Bronx, Nueva York. Es la integración de varios
elementos, los que destacan: el rap, el baile y el grafiti. Confieso que, en mas de una
ocasión escuche una canción de rap, pero por su estilo de hablado rápido, casi no le
entiendo; el baile, pues en mas de una ocasión he visto a los jóvenes y el grafiti, como que
es mas conocido… aparte, en mis recuerdos esta un libro de Arturo Pérez-Reverte: “El
francotirador paciente, que explora el universo de los grafiteros.
CORRIDOS Y NARCORRIDOS.
Yo conocí los corridos de Ignacio López Tarso sobre la Revolución Mexicana, “Corrido
Villista, “Despierten ya, mexicanos”, “Doña Elena y El Frances”, “Gabino Barreda” y en
“Santa Amalia”; también los de los Tigres del Norte, empezando con Camelia la Texana,
La camioneta gris, Ramiro Sierra, Los tres gallos, El Zorro de Ojinaga, entre otros… otros
como Pedro y Pablo, La puerta negra, Laurita Garza, La venganza de María, El bayo Cara
Blanca, entre Hierba y Plomo… pero aun no se habla de apología del delito.
Hoy en día, parece mentira, pero hagan de cuenta que es en razón proporcional: mientras
más violencia hay, también se escuchan mas los corridos, de esos que se afirma, hacen
apología del delito. En cierta ocasión, en España la esposa de un colega académico en su
carro traía la colección completa de los Tigres del Norte. Y ha sido sonado el caso de “Los
“Alegres del Barranco”, que han sido acusado porque en una de sus presentaciones, en la
pantalla gigantesca, aparecía la imagen de El Mencho, el narcotraficante.
HIP HOP POR LA PAZ.
Así, en este contexto, nace la iniciativa, la convocatoria de “Hip Hop por la paz” que
involucra a la Red Viral y al Colectivo Bendito Estilo, que involucra a otras organizaciones
como el Colectivo feminista 50+1, como a Zykno por la organización en Tamaulipas, así
como a la participación de la Subsecretaria de Ejecución de Sanciones y Reinserción
Social. La convocatoria incluye participación en rap, freestyle y el grafiti, para que
participen jóvenes, artistas, colectivos e instituciones, con un mensaje especifico: El arte
también construye paz.

Hasta donde logre entender, la convocatoria es nacional: tiene dos vertientes, una
comunitaria y otra penitenciaria, para jóvenes de 15 a 29 años, para artistas urbanos,
colectivos barriales, docentes, promotores culturales y artistas consolidades. Se abre la
participación a quienes han estado en contextos de reclusión… porque, afirman, lo
importante es transformar la realidad.
Me gusto la expresión de Andrea García, del colectivo 50+1 en Tamaulipas: “El rap, el
freestyle y el grafiti no solo denuncian: también construyen, unen y devuelven esperanza.
Porque la paz no es solo ausencia de violencia, es la posibilidad de vivir con derechos, con
respeto y con oportunidades.
Fue una buena experiencia escuchar la presentación de: Por Zykno, Don Poncho, D´Carper
(Victoria), Nilvy y de Parek (Reynosa), Bandera (Rio Bravo), Químico 37, entre otros.
Falto en la presentación ejemplos del baile, así como uno que otro cartel de graffity…
aunque, eso si, las playeras con sus dibujos fueron ilustrativos de la mística, el arte y la vida
de quienes practican el hip hop en alguna de sus vertientes. Esperamos, pues, que en
Tamaulipas este arte se manifieste y muestre su calidad, sensibilidad y sobre todo su
narrativa y mensaje que construye por la paz.