#DESDELAFRONTERA  

POR PEDRO NATIVIDAD  

En un estado como Tamaulipas, donde el calor puede convertirse en un enemigo implacable, la sombra de un árbol no es un lujo, es un salvavidas. Por eso, hace casi cinco años, la 64 Legislatura del Congreso aprobó una disposición clave, obligar a los desarrolladores inmobiliarios a sembrar un árbol, mínimo, por cada 15 metros de lote residencial. No era un capricho, era una necesidad alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Un metro y medio de altura, sembrado en banquetas o predios, para dar sombra, mejorar el clima, proteger al peatón y hasta ayudar a la captación de agua de lluvia. 

Pero, como suele pasar en México, la letra de la ley se ve hermosa en papel… pero invisible en la realidad. Hay fraccionamientos donde jamás se les obligó a plantar un solo árbol, y otros donde sí se hizo, pero la falta de cuidado los dejó morir. Lo que pudo ser un “cordón verde” para refrescar la vida de colonias enteras, hoy en muchos casos son camellones secos, llenos de tierra estéril, que no sólo no aportan nada, sino que restan valor y generan problemas. 

El diputado Gerardo Peña, lo recordó con todas sus letras, es obligación de los fraccionadores cumplir con esta norma, contenida en el artículo 156 de la Ley de Asentamientos Humanos, Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano para el Estado de Tamaulipas. Pero esta no fue la única medida en favor de la reforestación, también se aprobó una iniciativa que obliga a todos los egresados de universidades públicas y privadas a sembrar y dar seguimiento al desarrollo de un árbol como requisito de titulación. Una idea que sonaba excelente… pero de la que, hasta hoy, poco o nada se sabe sobre su cumplimiento. 

Esto no es un simple asunto ambiental; es un tema de visión de ciudad. Un árbol podado al tronco no refresca, no filtra aire, no capta agua. La sombra que no sembramos hoy, será el calor que sufriremos mañana. Urge que fraccionadores cumplan la ley, pero urge más que las autoridades supervisen y sancionen, y que como ciudadanos entendamos que un árbol no es un adorno, es infraestructura vital. 

LLEGO LA HORA DE LA NUEVA VICTORIA 

La colonia Nueva Victoria amaneció distinta. Muy temprano, la presidenta municipal de Nuevo Laredo, Carmen Lilia Canturosas, puso en marcha de manera oficial tres obras de repavimentación con concreto hidráulico que marcan un antes y un después en la movilidad de esta zona. 

En la calle Cabalgantes, entre Galardón y Rea, se invirtieron 2 millones 279 mil 965 pesos para dejar atrás años de baches y deterioro. En Prosperidad, también entre Galardón y Rea, se destinaron 1 millón 873 mil 400 pesos para entregar una vialidad sólida y segura. Y en Chaparral, entre Cuenca de Burgos y Bulevar Rea, otros 1 millón 694 mil 909 pesos se tradujeron en una calle renovada, pensada para durar. 

En total, más de 5 millones 800 mil pesos que no solo representan pavimento nuevo, sino la garantía de que el progreso llega hasta donde antes parecía olvidado. 

Pero la transformación no se quedó en el cemento. Ese mismo día, la alcaldesa encabezó en la misma colonia el programa “Presidencia Cerquita de Ti”, llevando atención directa, servicios y soluciones hasta las puertas de las familias. Carmen Lilia recorrió el área, escuchó a los vecinos y supervisó personalmente el trabajo de las dependencias municipales. 

Consultas médicas, entrega de medicamentos, vacunación antirrábica, cortes de cabello, trámites del Registro Civil, asesoría legal y psicológica, mantenimiento urbano e información sobre programas sociales fueron parte de una jornada que reflejó un modelo de gobierno que combina obras de fondo con atención inmediata. 

En la Nueva Victoria quedó claro que Carmen Lilia no gobierna a distancia, está en el terreno, invierte en infraestructura y, al mismo tiempo, se asegura de que la ayuda y los servicios lleguen a cada rincón… ¿Qué no?, NOS LEEMOS.  

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