SIN CENSURA

Por: Carlos Carreño Ortiz

Reynosa se volvió a secar. No por la sequía, no por falta de recursos, sino por la incapacidad de un gobierno municipal que se pudre desde adentro.

Y es que de nueva cuenta, y por segundo día consecutivo, la COMAPA se paralizó por un motor tronado y sin refacción a la mano. ¿Sorpresa? Ninguna. Así es como funciona la ciudad cuando está en manos de una familia que la usa como cajero automático y trampolín político.

El apellido ORTIZ se ha convertido en sinónimo de desastre. MAKI ORTIZ DOMÍNGUEZ y su hijo, CARLOS PEÑA ORTIZ “Makito”, han secuestrado Reynosa durante casi una década.

Llegaron de fuera y se instalaron como si esto fuera su rancho, su empresa privada, su botín.

Y los resultados están a la vista: servicios públicos inservibles, inseguridad rampante, infraestructura colapsada y una ciudadanía que sobrevive entre la frustración y el coraje.

La suspensión del agua potable no es un hecho aislado. Es el síntoma de una enfermedad más profunda, el abandono deliberado, la desidia institucional, la corrupción disfrazada de modernidad.

La planta potabilizadora está hecha pedazos porque nadie la mantiene, porque a nadie le importa. Mientras tanto, el gobierno municipal se dedica a las redes sociales, al show, a la mentira descarada.

Y el colmo es que “Makito” sigue sin asumir el poder que legalmente ostenta. El verdadero gobierno lo ejerce su mamá, la exalcaldesa MAKI ORTIZ, desde las sombras, como si Reynosa fuera su propiedad personal.

Las decisiones no se toman en Cabildo, se toman en familia. Lo saben los empresarios, lo sabe la gente, lo saben hasta los empleados municipales. Y el hartazgo ya es inocultable.

Reynosa no sólo está mal gobernada. Está siendo saqueada, usada y tirada al abandono. Nunca esta ciudad, la más importante de la frontera tamaulipeca, había vivido una etapa tan humillante. Y eso que ha pasado por momentos duros. Pero esto es distinto: es decadencia programada, es negligencia con nombre y apellido, es una tragedia provocada por quienes llegaron a servirse, no a servir.

Aquí no falta dinero, ni capacidad técnica, ni talento ciudadano. Lo que falta, desde hace años, es voluntad, visión y decencia. Lo que sobra es cinismo.

La solución no está en reciclar apellidos ni en maquillar continuidades. Reynosa necesita una ruptura total con esta era de simulación y saqueo. Urge un relevo de verdad. Con pantalones, con proyecto y con compromiso real.

Porque si esta ciudad sigue siendo gobernada como una empresa familiar, el colapso no será sólo del agua… será total.

Pero mientras Reynosa está convertida en un desastre, en Matamoros el alcalde ALBERTO GRANADOS FÁVILA dio el banderazo de inicio a una nueva obra de pavimentación asfáltica, en la colonia Villa Esmeralda, con una inversión superior a los dos millones de pesos.

Los trabajos se realizan en la calle Diamante, en el tramo que va de Topacio a Sor Juana Inés de la Cruz, como parte del programa FAISMUN 2025, contemplando la mejora de mil 40 metros cuadrados de superficie en beneficio de miles de automovilistas y peatones.

BETO GRANADOS dijo que esta acción forma parte del programa “Calle a Calle”, una estrategia integral que no sólo mejora vialidades, sino también eleva la calidad de vida en las colonias.

En Tampico hay luto por el fallecimiento de la periodista MARÍA ESTHER RODRÍGUEZ TOVAR, a quien tuvimos oportunidad de conocer y tratar, y por quien iniciamos en este bello oficio.

Ya luego les platicamos esa historia, por lo pronto, nuestro sentido pésame a todos sus familiares y amigos.

Que en paz descanse.

Despedimos la columna con el apunte de que hubo fiesta este jueves en la Secretaría General de Gobierno, que dirige el riobravense HÉCTOR VILLEGAS GONZÁLEZ, por el cumpleaños de HÉCTOR IVÁN REYES HERRERA, Coordinador de esa dependencia.

Desde este espacio los mejores deseos y que vengan muchos años más.

Hasta la próxima.