Rutinas y quimeras
Clara García Saénz

Hace algunas semanas el líder del Partido Popular de España Alberto Núñez Feijóo,
dijo que se iba de vacaciones, pero para quienes no pudieran tomar un descanso
deberían saber que “las vacaciones están sobrevaloradas”, cosa que al parecer los
perseguidores de la 4T no saben, es decir, para la derecha mexicana son muy
importantes al tal grado que consideran que hay que espiar al enemigo para acusarlo
de corrupción por el hecho de salir al extranjero a vacacionar.
La difusión de las imágenes de los políticos de la 4T de vacaciones en otros
países las presentan como un delito donde no lo hay, sobredimensionando y
sobrevalorando una acción que cualquier ciudadano de clase media en este país
realiza y cuando digo clase media me refiero a personas que reciben ingresos arriba de
los 30 mil pesos mensuales y que gozan de finanzas sanas.
Un viaje a Europa de ocho días con avión incluido cuesta 150 pesos en
promedio por persona con desayuno incluido y es muy común que algunos hoteles de
lujo tengan promociones de hospedaje en el verano. Así que hasta quienes
pertenecemos a la clase trabajadora, si hacemos un plan de ahorro para viajar,
estamos en posibilidad también de pagarlo.
Recuerdo que, en el 2019, el primer verano del sexenio de López Obrador,
exploramos en varias agencias de viajes un paquete al viejo continente, y los
comentarios que hacían entonces los agentes era que había bajado mucho la demanda

de boletos de avión y paquetes de viaje porque con el cambio de gobierno, la gente
había dejado de comprar porque era usual que le facturaran al gobierno el viaje de la
familia entera.
Esto me pareció un poco exagerado, pero escuchando el comentario en
diferentes agencias de viaje lo empecé a creer y lo comprobé cuando abordamos el
avión en la
Ciudad de México; iba medio lleno y haciendo platiquita con la tripulación nos
comentaron que era el primer verano en mucho tiempo que el avión no se llenaba y
tratando de explicar la situación decían que tal vez porque antes eran puras familias de
funcionarios los que viajaban y las cosas en México habían cambiado.
Y es que confundir el lujo con el viaje hace pensar que quienes acusan no saben
lo que cuesta, o en su pequeño mundo creen que ir al extranjero de vacaciones es un
lujo que los funcionarios de la 4T no deben darse porque son chairos. Ricardo Anaya le
puso sabor a la discusión al señalar que él solo se había ido a Estados Unidos, pero
nadie logró percatarse de su osadía, porque según la Organización Mundial del
Turismo el lugar más caro para vacacionar es precisamente la Unión Americana.
Ojalá su preocupación por que los funcionarios de la 4T no comentan actos de
corrupción no se limite a espiarlos cuando andan de viaje que, por cierto, no sabemos
quienes andaban también allá cerquita de ellos que les tomó las fotografías (tal vez
alguien que sí las merecía), si no que su espíritu indagatorio se aplique en lo
verdaderamente importante, vigilar los presupuestos públicos y quien acuse no lo haga
de habladas sino con pruebas. Por cierto, no sé si en los restaurantes de gran lujo se

acostumbra el buffet y la gente se pare a servirse su plato, creo que sobrevaloran a
Andy. E-mail: [email protected]