Adán Echeverría
“Y pagué 7,500 pesos diarios en un hotel, incluido el desayuno” señala Andrés Manuel López Beltrán en una carta firmada con su nombre que circula en redes sociales, fechada el cinco de agosto de 2025. Fernández Noroña ha salido a decir que no hay certeza de que dicha carta haya sido escrita y subida a redes por el hijo de Andrés, quien fuera presidente de México en el período 2018-2024. Es usted, querido lector, quien deberá decidir, con base en sus filias y sus fobias, si da crédito a que dicha carta fue escrita, firmada y publicada en redes por Andrés López Beltrán, o no lo fue. Desde luego que aquel “Me hackearon la cuenta” es una de las herramientas argumentativas más utilizadas por todo aquel cobarde que se siente descubierto y apela al victimismo. Es muy similar al: “me han puesto espías que me siguen a todos lados”, o a aquel “hay drones sobrevolando mi casa, el patio de mi casa, espiándome todo el día”; o al clásico “mi nombre fue puesto en esas listas por mis contrincantes”, “intervinieron mi teléfono contra mi voluntad”; “claro que sí es mi voz, y si dije toro sentado a unos líderes de pueblos originarios, pero lo dije en una conversación íntima, entre amigos, usando una jerga, que definitivamente fue sacada de contexto, violentando mi privacidad”; todas, justificaciones de cobardes.
¿Qué debería preguntar la prensa a Andrés López Beltrán? Pregunten cuánto gana por ser el Secretario del Partido Morena. Si tiene para pagarse un viaje a Japón con su familia, y gastar 7,500 pesos por noche de hotel —incluido el desayuno —, su sueldo como secretario de ese partido político debe ser bastante oneroso. Por eso, cuando las personas con filiaciones respecto de Morena, o de la Cuarta Te, se dedican a señalar: “lo pagó con sus recursos”, debería señalarse ¿a cuánto ascienden sus recursos? Si como secretario de un partido político te alcanza y sobre para irte dos semanas de vacaciones al Japón con todo y familia, la oposición a este gobierno debería votar la Reforma Electoral que elimine el financiamiento del gobierno a los partidos políticos, y regular que los ingresos que reciban, cuando se les quite el recurso del gobierno, sea transparente y no provenga de dinero por actividades ilícitas, cualesquiera que estas sean.
Andrés López Beltrán no trabaja para el Gobierno de México. No tienen que ir a acusarlo a la presidenta Claudia Sheinbaum. Las investigaciones sobre su fortuna, su salario, sobre su economía, no tiene que ver con Claudia ni con el gobierno de la cuarta te, sino con el salario que percibe como secretario de la fuerza política que es Morena, y sobre cuánto dinero recibe ese partido de parte del gobierno. Es muy diferente al presidente del Pri, Alejandro Moreno Cárdenas, que además de presidir su partido a nivel nacional, y cobrar por ello, también cobra como Senador de la República. Alejandro Cárdenas sí es un servidor público, y además cobra en su partido por ser su presidente nacional.
Los partidos políticos de México, deberían renunciar al dinero que les entrega el gobierno de la república, vía el Instituto Nacional Electoral; y la Reforma Electoral que está desarrollando la presidenta Claudia, tiene esa encomienda, eliminar el dinero a los partidos políticos; pero la oposición planea votarla en contra. Acusan al secretario de Morena, de tener un salario inmenso, y de pagarse lujosos viajes al Japón, pero no quieren que el gobierno retire los financiamientos a los partidos políticos. Una hipocresía total.
En realidad, no les molesta que Andrés López Beltrán viaje a Japón con el dinero de su sueldo, lo que a la oposición le enoja son dos cosas: 1) que ese dinero le llegue al hijo de un tabasqueño que odian y que se les haya dejado de regalar dinero a ellos; 2) que el tabasqueño que odian, la presidenta, los hijos del tabasqueño que odian, y los integrantes de Morena usen el discurso de apoyo a los que menos tienen, pero se den “vidas de magnates” (o lo que ellos y sus familias, reconocen como vidas de magnates porque recibieron por años esas millonarias sumas del gobierno). Ya lo publicó Héctor Aguilar Camín: “Los de Morena no saben qué hacer con el dinero”; casi lo escribe llorando, recordando con nostalgia que ese dinero que ahora ve gastar a otros, antes lo recibía él y los suyos. De ahí la preocupación diaria por cómo visten, donde comen, en qué gastan dinero, y dónde vacacionan. Piensan que si tu ideología es ver por los derechos de los más necesitados, entonces no debes tener carro, no puedes viajar en avión, menos vacacionar en el extranjero. La oposición se dedica a estas tonterías en vez de crear una plataforma crítica de ideas, con un plan para recuperar el gobierno, y sobre son incapaces de trabajar para recuperar la confianza del pueblo mexicano.
Viven del: “Miren, viajó a Japón; antes yo viajaba a Japón y les molestaba, pero ahora ellos lo hacen, malditos, ese dinero y ese viaje a Japón debería ser para mí y mi familia; desgraciado, te odio”, incapaces de generar propuestas.