Opinión pública

Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Después de regresar de Nueva York, la
neolaredense Carmen Lilia Canturosas ya se la creyó. Piensa que va
derechito a la candidatura de Morena a la gubernatura en 2028. Hacia allá
encamina agenda mediática.
La verdad es que fue de turista -invitada o se invitó sola-, y no
“representando a México y a Tamaulipas” como se encargó de divulgar.
Los informes que fue a leer a las Naciones Unidas, debe expresarlos
ante los ciudadanos que votaron por ella, en la primera quincena de
septiembre, no allá. Nuevo Laredo no es una nación ni entidad federativa
para andar en el Foros Político de Alto Nivel. Es tema de Relaciones
Exteriores.
En los últimos meses alguien le ha calentado la cabeza que no tiene rival
en la sucesión de Américo Villarreal. Anda mareada en poca altura. Alguien
debe hacerla caer en la realidad.
Sus operadores no sueltan que “es la presidenta mejor evaluada de
México” en aprobación ciudadana. Ya le gustó. En encuestas cada vez se
lleva el primero o segundo lugar. Tiene el presupuesto de prensa más alto
de Tamaulipas, incluso es más que el de algunos municipios, como para
decir eso y más.
La sociedad se cansa, viene el hartazgo hacia las mismas figuras. No
saben retirarse a tiempo.
Después de nueve años en el poder de la familia Canturosas, hay un
desgaste natural y la ayudadita de sus errores y omisiones. Así fue con
Carlos Cantú Rosas, el padre.
Llegó a creerse invencible. En 1974 ganó la alcaldía -PARM, en que hizo
una desastrosa administración-, pero no pudo dejar como sucesor a Mario
Pool Solís, su secretario.
Por diez años se refugió en el CEN del Partido Auténtico que le regaló –
como palero del gobierno- varias diputaciones de partido.
En 1995 fue derrotado por Mónica García Velázquez rumbo a la alcaldía.
Más tarde, en el 2003, jugó como candidato a diputado por el PRD y
también perdió.
Esto nos da lugar a afirmar que los caudillos de la política no son
invencibles, o mas bien, no saben retirarse a tiempo. Se creen eternos.
Nuevo Laredo necesita gente nueva, fresca, con principios. El poder
prolongado corrompe, fastidia a los ciudadanos.
Tema aparte, e primer fin de un partido político es conquistar el poder. El
segundo es conservarlo, no con malas artes sino con una base social.

La permanencia del PRI en el poder no fue casual, construyó una
estructura por colonia y manzana. Escuchó y resolvió las demandas
populares y, cuando dejó de interpretar el sentir popular, fue echado.
Decía Don Jesús Reyes Heroles, máximo ideólogo que ha tenido el
tricolor: “En política es importante convencer, persuadir, no improvisar”.
Otra: “La política demanda pasión, pero a la par mesura, sosiego interno,
dominio de sí mismo para no intentar dominar a otros, aspirar a dominar las
cosas y no los hombres”.
“No pueden vencer aquellos incapaces de convencer”, fue otra de las
máximas del veracruzano.
Siguiendo la misma ruta, pero a su manera, el partido Morena se dirige a
articular la super organización que le garantice el poder por largos sexenios,
sino los más de 70 del tricolor, sí por lo menos la mitad.
Llevan prisa. El uno de agosto publicará la convocatoria para integrar
más de 71 mil comités seccionales, la gran movilización que le dará
permanencia en el poder. Poco más de dos mil en Tamaulipas. En los
próximos siete meses elegirán representantes. Su apoyo será determinante
para avalar candidaturas a alcaldes, diputados y senadores.
Como las reglas virtuales de la escuela priísta, de para ser candidato se
necesitaba ser masón o mutualista, para serlo en Morena habrá que
pertenecer a un comité de base. Obligará a que participen funcionarios
administrativos y por elección. Las candidaturas saldrán de esa estructura.
El “apriete” viene. Todos los presidentes municipales emanados del
partido -¿también los socios?- deberán crear el Día del Pueblo, una
audiencia semanal abierta para todo ciudadano. Los ediles tendrán que
dialogar con el pueblo y resolver problemas sobre la marcha.
En Tamaulipas algunos que ya la observan. Los que no, a hacerlo.
La jefa nacional de Morena, Luisa Alcalde, visitará cada una de las
entidades para arrancar y explicar el proceso. Se preparan para la elección
intermedia del 2027 y… Lo que sigue.
Decía Reyes Heroles: “Problema que se soslaya, estalla”.
Cuando los tricolores se dividieron, comenzaron a perder. Es la
enseñanza para los morenos. En Tamaulipas los panistas no llegaron a
gobernar sino a saquear. No supieron medir el palpitar ciudadano, escuchar
y resolver. Fueron echados en un sexenio.
Virtualmente en todos los municipios se ha dado alternancia, hasta en
Guémez, primero con el PAN, Morena y regresó el PRI. Les ha ido bien con
el tricolor.
El desgrane comenzó por Tampico con Fernando San Pedro Salem,
Valle Hermoso, con Vidal Blanco Espinoza y así en 1974 con Cantú Rosas
en Nuevo Laredo.
Para no cometer los errores de otros partidos, historia hay. La tarea está
en manos de Doña Guadalupe Gómez, presidenta del CDE, quien arrancará

de inmediato con la tarea que le tienen encomendada. Tablas tiene,
proviene de las bases guindas.