CENA DE NEGROS

Marco Antonio Vázquez Villanueva

El gobernador Américo Villarreal Anaya fue a la frontera, ahí a la región que mucho tiempo fue considerada como la cuna del narco, a la llamada frontera chica, y lo hizo para mostrar dos cosas, la primera que en materia de seguridad pública se sigue aportando, la segunda que no tiene fobias en trabajar con panistas como lo es alcalde de ese municipio.

En el primer caso, en el tema de buscar la paz para todos, presidió temprano los trabajos de la mesa de seguridad, luego entregó poco más de 60 patrullas para esa región y 280 más para el resto del Estado y posterior a ello hizo un recorrido por lo que serán las estaciones seguras, los complejos de vigilancia que se colocarán cada 25 kilómetros para tener en observación y cubierta para una reacción rápida a toda la región.

Hay que decirlo, todo lo realizado este jueves en la frontera es solo un pasito más, si usted quiere sostenido, constante, que no para, pero el problema en materia de seguridad pública lo dejaron tan grave que los hechos y en la percepción ciudadana los dos pasados sexenios que todavía existe mucho por hacer en este rubro, y tiene razón el pueblo, mientras haya una sola balacera, un solo ejecutado, la sospechas de que el crimen extorsiona o golpea a la población siempre habrá algo que hacer.

Es una realidad, Tamaulipas en este sexenio de Américo Villarreal ha rotó la mala racha que llevábamos en cuanto a percepción y de ser de los peores en la materia, por primera vez somos consideramos el Estado más seguro de la frontera norte, por primera vez aparecemos entre los primeros siete lugares a nivel nacional en cuanto a seguridad, esto con datos del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública en materia de delitos, se han superado muchos lugares y, créalo, no es por pertenecer a un partido u otro, es por una autoridad que le ha puesto voluntad y trabajo, que tiene una visión del problema más adecuada, que trabaja con la federación en forma coordinada, que es capaz de implantar estrategias integrales para no solo frenar la violencia, sino para abrir oportunidades a la juventud y esta no engrose más las filas de los malos.

Américo ha actuado como un hombre de Estado, hace alianzas con quienes quieran trabajar por la seguridad, lo mismo si son morenistas que priístas o panistas, lo hace fortaleciendo las corporaciones locales, pero también la atención integral de la población.

Claro es, con más patrullas o estaciones llamadas seguras no regresa la paz en automático, se requiere también voluntad política, como requisito indispensable, luego estrategia y táctica para que todo funcione de manera adecuada, es inocultable que siguen registrándose casos de violencia, pero hay una diferencia con el pasado, hoy precisamente lo que se observa es que existen objetivos y trabajo, ese es el secreto y lo que ha permitido una disminución en los delitos.

Vaya, ya era tiempo de que este Tamaulipas diera la impresión de que es gobernado por políticos y no por delincuentes que se daban muchos lujos como el desaparecer dinero que era para nuestra seguridad, o la salud, la educación, incluso para despensas, hasta la comida nos regatearon, nos robaron, y no lo digo yo, lo dicen las denuncias que han sido presentadas en la Fiscalía Anticorrupción en contra de ellos.

Le insisto, con todo lo que se diga, esta vez hay que reconocer que la actual administración está haciendo lo correcto, aunque también hay que agregar que las patrullas solo son un pasito más, que no servirán de mucho si se llegan a descuidar los otros puntos como es asegurarse de contar con buenas corporaciones y una mejor estrategia y táctica en el combate a la delincuencia…

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