ANECDOTARIO.
POR JAVIER ROSALES ORTIZ.

Viajar en el tiempo hacia atrás si se puede y las viejas fotografías evocan a
la nostalgia y a la calidez, porque ponen la piel chinita más que nada
porque son lugares que pisaron nuestros viejos, gracias a los cuales aquí
seguimos y a nosotros nos toca que las bellas imágenes se rescaten a
tiempo.
No todo es negativo y perjudicial en las redes sociales, las que poco a poco
distribuyen imágenes de los lugares más conocidos de Ciudad Victoria,
capital de Tamaulipas, porque permiten he invitan a hacer comparaciones
entre lo antiguo y lo nuevo, algo que nos llena de sorpresa.
Una fotografía, de más de veinte que han navegado por las redes, tiene que
ver con el primer vehículo que circulo al perecer por La Loma hace 200 años
en ciudad Victoria, que se asemeja a una carreta que es jalada no por
burritos, sino apoyada por neumáticos, muy lentamente, pero muy vistoso.
La mayoría son fotografías descoloridas y un poco oscuras, las que a
quienes seguimos aquí nos hace entrar en momentos nostálgicos, porque a
quién no le gusta observar como era antes el edificio del Palacio de
Gobierno, la presidencia municipal local, las fachadas de la Universidad
Autónoma de Tamaulipas, la famosa avenida del 17, el Rio San Marcos, la
Estación del Ferrocarril, las iglesias y otras que ahora son muy diferentes.
Son fotografías color sepia, ocre, pardo, marrón oscuro y marrón rojizo, que
alguien o algunos conservan en sus manos y que ahora, generosos, han
decidido compartir este tesoro con muchos que son afectos a las redes y
que buscan de alguna manera distraerse un poco de todo lo que huele a la
palabra política.
Recuerdo que, hace algunos meses, el alcalde de Ciudad Victoria, Eduardo
Gattas Báez, en el interior del edificio de la Presidencia Municipal, se
presentó a la exhibición de varias decenas de fotografías antiguas de esta
capital, las que observo con admiración y respeto, porque se trata de
nuestra capital.

Y cómo no, si son fotografías clásicas que dan cuenta del aspecto de
parques, residencias que aún existen, colonias y barrios donde aún
sobreviven las urracas, esos pájaros negros que forman parte de la historia
de nuestra bella y agradable ciudad.
Las calles aun empedradas y los enormes arbustos llaman la atención,
porque las fotografías tienen de fondo un color gris topo, que dibujan muy
bien las condiciones en que se vivía en el pasado.
En el caso de la UAT circulan pocas imágenes en las redes, por eso no
estaría nada mal que el rector, Dámaso Anaya Alvarado, distribuya más
material para que los estudiantes actuales tomen en cuenta que cambia,
todo cambia, y que ahora valoren cada paso que se dio para aprovechar y
disfrutar lo que ahora tienen en su camino.
Porque la transformación se dio y se sigue dando y es necesario señalar que
en Radio Universidad locutores y comentaristas tocan este tema y como
que se sienten satisfechos porque cada manita y manota se nota y se debe
dimensionar.
Ciudad Victoria está compuesta por casonas muy antiguas que aún tienen
lo suyo y están a punto de la remodelación o de la demolición, por eso es
importante que una fotografía nos jale hacia el recuerdo de algo que nunca
se borrara y que provoca una nostálgica sonrisa entre nosotros, los
victorenses.
Le voy a robar parte del título de la conmovedora melodía de Don Chava
Flores. –el cronista urbano- “Mi México de ayer”, en el que el pintor del
pueblo dibuja con claras palabras lo que fue el Distrito Federal ese ahora
monstruo de Ciudad.
Ojala que nadie se moleste, porque así de pequeña Ciudad Victoria tiene lo
suyo.
Y nosotros tenemos demasiado, de ella.
De mi Victoria, de ayer.
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